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Takemichi no sabe que sucedió exactamente ya que todo paso demasiado rápido, pero cuando logró recuperarse de su aturdimiento se encontraba en la terraza de su escuela, y frente a él alguien que se supone no debería ni de ser de ese tamaño en ese momento.

—Naoto-kun

Pronunció en un susurro, pues no sabía que sucedía pero la voz del contrario le erizo la piel.

—Se que eres tú Takemichi, eres el mismo omega llorón que por salvar a ese idiota nos llevó a todo esto

Naoto estaba enojado, digo, no es fácil abrir tus ojos siendo lo último que recuerdas es estar en la boda de tu amigo y luego ser un bebé de diez meses, ¿Lo peor? Lo peor era que ahora él era el mayor, si, no sabe que sucedió pero ahora su hermana Hinata era menor a él, digo, no es tan malo verdad, si no fuera porque se estuvo muriendo de la preocupación por más de diez años!!, poquito, nada más tuvo muchas noches en vela preocupado por aquel omega llorón viajero del tiempo y orando por la seguridad de este mismo. 

—Lo siento

Respondió algo aturdido Takemichi, pues aún no procesaba el echo de que Naoto recordaba algunas cosas, en cambio el ex-detective solo pudo suspirar y tomar asiento a un lado del omega aún no presentado.

—Recuerdo algunos momentos claves de lo que sucederá, y sé que seguro vas a sufrir si vuelves a encontrarte con ese tal Draken, no me gustaría que la historia se volviera a repetir, eres importante para mí Takemichi

Con cuidado llevo su mano hasta la cabellera del más bajo repartiendo caricias resiviendo a cambio una sonrisa.

—Así que solo salvaremos a las piezas claves, las cuales son Shinichiro y Baji no? Bueno, después podemos cuidarlos desde lejos si eso deseas

Takemichi agachó la cabeza avergonzado, otra vez Naoto le ofrecía su ayuda y se sentía tan reconfortante, en verdad quería mucho a ese alfa aún no presentado que le ofrecía ayuda apesar de todo.

—Takemichi

El mencionado solo hizo un movimiento con la cabeza dando a entender que lo escuchaba, así que Naoto siguió hablando.

—Se que deseas estar con Draken pero tanto tu como yo sabemos que

No pudo terminar de hablar porque el chico conocido antes como el héroe llorón empezó a sollozar de manera suave, haciendo que su corazón se estrujara en su pecho, no quería verlo llorar pero no podían ignorar la realidad de ese momento, de ese presente, pero antes de que él pudiera decir algo Takemichi se le adelanto.

—La primera vez pude soportarlo porque aún no tenía un sentimiento más que admiración por Draken y entendía sus razones pero ahora no creo poder hacerlo

El lugar quedó en silencio por unos largos minutos pero el pequeño niño de ojos azules cual mar siguió llorando y su llanto cada vez empezaba a ser más ruidoso lastimando el corazón de su compañero, Naoto tomo entre sus brazos el frágil cuerpo de su amigo que temblaba ligeramente y lo apego a su pecho abrazándolo con fuerza buscando brindarle seguridad.

—Si no deseas verlo, si no deseas que se entere que son destinados, si no deseas que te conozca solo dímelo Takemichi, yo te seguiré hasta el mismo infierno de ser necesario así que confía en mí, solo pídeme que haga algo y lo haré sin dudar

Sus ojos conectaron y Takemichi solo puedo abrazar a Naoto con fuerza, sintiendo su corazón golpear su pecho, se encontraba feliz, no estaría solo, lo tenía a su lado, era egoísta, en verdad lo era, hacer que Naoto lo siguiera para no estar solo en su viaje  era un deseo egoísta pero no podía evitarlo, sabía lo que sucedería con Ken Ryuguji, antes pudo soportarlo pero no lo soportaría si ocurría en ese presente, no con su corazón palpitando por él, y el Tachibana entendía aquello.

—Yo seré tu pilar Takemichi, estaré a tu lado, no importa nada, lo estaré en el pasado, en el presente y en el futuro
—Gracias Naoto-kun

Naoto deseaba con todas sus fuerzas el poder calmar a Takemichi con sus feromonas, pues sabía que su aroma a menta lograba tranquilizar de alguna forma al pelinegro, mala suerte el aún no haberse presentado ambos, pero hay que darle tiempo al tiempo, y mientras esté pasaba se encargaría de hacer planes para salvar la vida de Shinichiro Sano, su primera pieza clave para resolver aquel caso tan complicado que se había formado. Pero de eso ya se encargaría luego, ahora tenía a su amigo llorando de forma desconsolada en su pecho así que sintiéndose culpable pensó en una forma de calmarlo de forma suave sin alterar aún más a este, y la encontró, aunque no estaba seguro pero de igual forma lo hizo.

—Sh Sh ya no llores mi ángel, mi niño no debes llorar más, tus hermosos ojos más gotas de cristal no deben derramar, estoy aquí para cuidarte y lo haré sin dudar, no me importa si en el camino mi vida debo dar..

Tomo aire sintiendo como el pequeño cuerpo se relajaba en sus brazos poco a poco.

—Tu sonrisa es la luz que ilumina un lugar repleto de oscuridad, tus ojos azules son los que guían con su luz al perdido, eres quien se merece lo mejor, y me encargaré de que eso recibas, tu, hermoso niño con ojos color mar llenos de vida y esperanza que no se apagan, yo de ti cuídare, permíteme ser tu guardián y por tus sueños velar

Al terminar aquella canción recostó su barbilla en la cabeza de Takemichi el cual dormida de forma plácida en sus brazos, su rostro acompañado de una sonrisa le brindaba felicidad a Naoto, la protegería, estaba seguro de eso, ahora quería llevar aquella pesada carga junto con Takemichi, ahora podía ser de más utilidad, sus ojos empezaron a pesar, dormir solo una hora no es una buena idea la verdad, y menos para alguien tan joven. El sueño le ganó, ambos quedaron dormidos en aquella posición, seguro después tendrían dolor insoportable en cada extremidad de sus cuerpos.

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Amor, ¿No correspondido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora