36 - Palomitas de maíz y dulces (Fin)

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"Vas a salir volando de este auto como un torpedo tan pronto como se detenga, ¿verdad?"


"Sip."


"Eso creía", dijo Verónica. "Tan gobernada".


"Sip."


"Y aparentemente orgullosa de ello".


Amelia le sonrió. "Sip."


Tan pronto como el taxi se detuvo, Amelia le arrojó un fajo de dinero arrugado a Verónica y luego salió corriendo por la puerta trasera. Llegó a Luisita en un tiempo récord. La rubia estaba inclinada sobre una larga mesa de bocadillos cuando Amelia chocó contra ella, con los brazos rodeandole firmemente la cintura.


"Cariñoooo". Amelia suspiró mientras se aferraba al lado de Luisita como un koala.


Luisita se echó a reír y se dio la vuelta en el abrazo para poder abrazar a su novia por completo.


 "Bueno, hola a ti también, amor", susurró, presionando un ligero beso en la mejilla de la morena.


Amelia enterró la cara en el hueco del cuello de Luisita y respiró hondo, asimilando el aroma familiar de la mujer que amaba. Ella suspiró, un cálido aliento resoplando contra la carne de Luisita, y susurró: "Hola".


Luisita frotó su espalda antes de intentar retroceder. Sin embargo, fue un intento inútil, porque Amelia se aferró a ella, apretándola fuertemente y refunfuñando su evidente desaprobación de separarse.


Luisita se acomodó en el abrazo. 


"Supongo que me extrañaste, mi amor".


"Si eso no es obvio, Luisa, entonces no sé qué es", dijo Verónica, acercándose y colocando el pequeño regalo que le había regalado a Teo en la mesa cerca de los bocadillos.


Luisita logró apartarse de Amelia lo suficiente para poder ofrecerle a Verónica una media palmada con un solo brazo, un medio abrazo y una sonrisa. 


"Verónica, estoy muy contenta de que hayas podido hacerlo".


"Sí, por supuesto. Encantada de estar aquí. Gracias por la invitación". Ella puso los ojos en blanco y vio a su mejor amiga agarrar a Luisita un poco más fuerte. "Sin embargo, probablemente te arrepentirás de haberla invitado al final del día. Estará pegada a ti como una sanguijuela toda la fiesta".


"Celosa", cantó Amelia debajo del cabello de Luisita.


"Psh".


"Reacciones como esa, me hacen estar rápidamente de acuerdo con Amelia".


"¿Celoso de tu sanguijuela?", Preguntó Verónica. "No me hagas reír".


Luimelia Amor y palomitas de maízDonde viven las historias. Descúbrelo ahora