Él, Jeon Jungkook es un idol y ella, Lana es una chica común.
Un viaje de vacaciones, un baile y una accidentada salida para disfrutar las noches londinenses, se convirtieron en la excusa del destino para juntarlos, sin embargo solo bastaron 5 dias...
Hasta que por fin llegamos al final de esta historia.
Espero que responda a lo que esperaban y sea de su agrado. Aunque ya saben cual hubiera sido el final ideal para mi. Sin embargo, tendrá su pisca de drama hasta el último párrafo, así que por favor, preparen pañuelos 🤧
No daré lugares porque muchos de ellos ya los describí en capítulos anteriores de esta historia.
1. Someday, the boy - Kim Feel. ( https://youtu.be/LOssTIS3FJ8) Hermosa y triste canción pero acorde con lo que se contará en capítulo final.
El look para este JungKook que ya no será un veinteañero.
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Ahora si, los invito a leer ya disfrutar la primera parte de este final que me costó pero he escrito con mucho amor e ilusión, porque esta ha sido mi primera historia y por eso, es muy especial para mí 🥰
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Londres, seis años después...
Esa fría mañana de otoño en Regent's Park no había sido distinta a las que había visto las dos últimas semanas. Padres e hijos, disfrutando de un tiempo al aire libre entre juegos, chillidos y risas, parejas de novios prodigándose caricias y promesas de amor y alguna que otra alma solitaria como él, buscando llenar algún vacío o solo pasar el tiempo entre la multitud.
Habían pasado diez años desde la última vez que estuvo sentado allí, en aquella misma banquita de aquel caminito de hojas amarillas, cuando a sus veinte todavía ingenuo y lleno de sueños, lo único que deseaba era conocer la ciudad que tanto le había fascinado desde que en sus manos cayera Alta fidelidad, libro de Nick Hornby que no tardó en devorar en solo dos días.
Aunque parecía que nada había cambiado a la vista, algunas cosas sí que lo habían hecho al igual que él. Y es que a sus treinta ya no era el chico alegre y curioso que sus amigos habían conocido, sino que su carácter ahora se había cubierto de una triste melancolía, como los días de lluvia sobre Londres aquellas tardes de otoño.
Pero es que su vida se había llenado de recuerdos tristes e ilusiones rotas y había tenido que aprender a vivir con ese dolor a cuestas.
Entonces, para darse algo de calor, prendió un cigarrillo que había sacado del bolsillo derecho del abrigo negro que llevaba puesto y que lo ayudaba a soportar el frío esa mañana. Hace unos meses que se podía decir que aquella vida llena de reglas y obligaciones había terminado, por lo que ahora podía tomarse ciertas licencias y eso lo había llevado a adquirir nuevos hábitos.
