Las marcas del alma

Capítulo 5. Rota.

En verdad espero que les esté gustando este fic, de momento bueno me gusta leerlos, en fin les dejo leer, este capituló si tiene adelanto así que espero que les deje intrigados.

Capítulo 5. Rota.

La chica de ojos verdes salió con rapidez del gimnasio para tomar aire, no entendía que pasaba y por qué su corazón dolía, tenía años que no sentía ese dolor, podría dolerle todo el cuerpo pero jamás su corazón, la última vez que le dolió fue cuando se dio cuenta de que su madre Thalía, no la quería, que para ella solo era un experimento más, ese día ella tendría unos 8 o 9 años y un joven soldado la había consolado, un chico de cabello negro y que usaba una máscara por lo que jamás había visto su rostro.

Él le había abrazado y había dicho algo a su oído, algo que no lograba recordar pero que en ese momento le había servido bien, por qué no permitió que nadie más pudiera verla llorar.

Estaba corriendo cuando alguien la tomó del brazo y la jalo al estacionamiento, volteó a ver ese alguien dándose cuenta de que era Jason.

—vamos volvamos a la casa, es más pasemos por una de esas hamburguesas vegetarianas que tanto te gustan, digamos que por ti estoy dispuesto a comerme una de ellas—

Dijo el mayor para distraer a la niña quien solo asintió, y le siguió al automóvil, al entrar se colocó el abrigo y se hundió en el asiento.

Jason le miró de reojo antes de arrancar, pasaron por dos hamburguesas, una orden de papas grande y dos refrescos, después de eso fueron a Gotham en donde se desviaron hacia un mirador, Jason se estacionó y bajó sentándose en la hierba invitando a la menor a hacer lo mismo, quien no dudó en obedecer y acomodarse a su lado, sacó su hamburguesa y comenzó a comer en total silencio.

—sabes, este lugar me trae buenos y malos momentos, aquí me trajo Dick cuando tenía tu edad, una chica me acababa de rechazar, fue aquí donde di mi primer beso y también donde descubrí algunas cosas sobre mí que desconocía—

Dijo el mayor sincerándose con la niña, quien solo le miró de reojo y continuó comiendo.

—sabes aún me acuerdo de ti, mi memoria está algo difusa, cuando tú abuelo se dio cuenta de que de qué estaba protegiéndote, él modificó mi memoria y me vino a dejar a Gotham, lo que si no puedo olvidar fue la vez en la que tú madre te humilló y yo no pude evitar meterme, tus ojitos verdes se habían llenado de lágrimas y te veías tan indefensa, y tú madre era una desalmada, desgraciadamente para ti tu abuelo se dio cuenta de ello y pues lo demás es historia—

Le decía el mayor a lo que ella comenzó a recordar, jamás había visto el rostro del soldado que la protegía, pero tenía un porte tan parecido a Jason por lo que confió en esa versión.

—Gracias, sé que tú fuiste el que evitó que aquel hombre que metió mi madre en mi habitación me violara cuando era niña—

Susurro terminándose su cena para recargar su cabeza en el hombro del mayor.

—eso era un acto de lo más nefasto no podía permitir que alguien viviera eso, cuando viví en la calle me di cuenta de la manera en la que acaban los niños que habían vivido eso por lo que no pude dejar que pasara—

Daniela le miró y sonrió con tristeza.

—¿por qué me apoyas? —

Bajo la mirada y se concentró en comerse algunas papas.

—porque tú me recuerdas a mí, por qué mi madre tampoco me quiso y por qué mi alma gemela tampoco lo hizo, así que me proyecto en ti—

El mayor llevo un brazo a la cintura de la niña y la abrazo como si los dos estuvieran dándose consuelo por la mala suerte que había tenido.