Capítulo 4

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Con una camisa limpia y unos short Mel dejo la casa de Wook. Él no dejaba de murmurar en voz baja, mientras que ella disfrutaba de la vista. Era un barrio promedio y nunca antes había estado ahí, así que se sentía cómoda al saber que contaba con la compañía de Wook, aunque no pareciera nada feliz.

―Entra ―Dijo él mirando el interior de la tienda.

― ¿No vienes conmigo?

―No, antes tengo que hacer unas cosas.

―No vas a abandonarme ¿Verdad? ―Pregunto un tanto alarmada. Pues la idea de ser dejada atrás de nueva cuenta la aterraba.

―Quisiera ―Farfullo― Regreso para pagar tu ropa ―La apunto con el dedo― No abuces ―Ella esbozo una sonrisa y negó, cual niña pequeña recibiendo las indicaciones de su padre.

―Descuida.

―Hablo en serio. No dispongo de mucho efectivo.

―Ya entendí. No te preocupes, en cuanto vengan por mi te pagare todo, incluyendo la comida ―Él se encogió de hombros, dudaba mucho que eso llegara a ocurrir.

―No tardo ―Se dio la vuelta y echó a andar por el centro comercial. Ella lo vio alejarse y luego empujo la puerta.

― ¡Bienvenida! ―La saludo la empleada.

―Hola ¿Podrías mostrarme algo de ropa? ―La chica miro a Mel divertida ante su aspecto y asintió conteniendo una risilla.

―Por supuesto. Adelante.

Más tarde, Wook regreso después de reunirse con las personas que habían reportado el robo de carteras en el lugar, encontrándose, con que también habían allanado dos establecimientos. Llevándose equipos de cómputo y el dinero de las cajas registradoras.

― ¿Quién en este país deja el dinero de las ventas en la caja? ―Murmuro para el mismo mientras ingresaba en la tienda, donde había dejado a Mel.

― ¡Bienvenido! ―Escucho saludar a la empleada. Miro por encima de su hombro buscando a Mel.

― ¿Sabes dónde está la chica que entro hace un rato? ―Aunque su pregunta era muy vaga, la chica lo había visto en compañía de Mel. 

― ¿Es tu novia?

― ¡No! Es solo... ―Wook se detuvo sin poder definir que era Mel de él― Una conocida. ¿Sabes dónde está?

―En los probadores.

― ¿Aun? ―Pregunto irritado. "Mujeres" pensó negando con un movimiento de cabeza.

―Si. Sígueme ―De mala gana siguió a la chica y justo cuando se detenía frente a la fila de probadores, una de las puertas se abrió y Mel apareció. Lucía una minifalda roja que llegaba por encima de la mitad de sus torneados muslos y una blusa sin mangas que hacia juego.

Inocente ConfusiónWhere stories live. Discover now