── Cuando a Shuhua se le ocurrió eso, Soojin resopló. Por supuesto que ganaría, pensó, ¡era un par de miles de años mayor que ella! La ángel más joven se cansaba de las cosas con bastante facilidad. No había manera de que ella perdiera esta apuesta...
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Después de esa noche, Soojin no pudo dejar de cuidar a Minnie.
Siguió revisando todo lo que hacía con tanto cuidado como si pudiera romperse en cualquier momento. No estaba segura de si sus sentimientos por la humana cambiaron por completo de la noche a la mañana, pero sintió que una extraña sensación de protección se apoderaba de ella. Toda la situación de alguna manera la hizo enojar.
Estúpidos humanos y su estúpida enfermedad para la que ni siquiera pueden encontrar una cura.
Como prometió, Minnie le dijo a Shuhua el mismo día que le dijo a ella.
Ella no dijo una sola palabra ese día.
Como si la casa no estuviera ya en silencio.
Shuhua era un ser muy emocional: cuando sentía, sentía profundamente. Soojin sabía que iba a estar molesta por eso, pero no esperaba ese tipo de reacción de ella.
Ella no podía leerla. Parecía triste pero al mismo tiempo concentrada, estaba constantemente pensando, meditando. Lentamente, sus ojos comenzaron a reflejar los ojos sin vida de Minnie, y su largo cabello azabache, una vez suelto, ahora se había aplastado por completo.
Parecía tan frágil, a punto de hacerse añicos.
Oh, a Soojin no le gustó eso.
Entre ella y Minnie, se sentía como estar atrapada en un automóvil que iba a un ritmo insoportablemente lento, como saber que vas a chocar sin poder hacer nada al respecto más que esperar a que suceda, incapaz de mirar hacia otro lado.
Cada día que pasaba era peor que el anterior.
Cada día que pasaba era sólo un día más cerca del final inevitable .
A pesar de los intentos de la chica por asegurarle que no necesitaba ayuda constante, Shuhua pasó cada segundo que pudo al lado de Minnie cuidándola.
Minnie no estaba ciega, podía ver el ceño fruncido concentrado de Shuhua cada vez que estaba cerca de ella, así que la dejó hacer lo suyo. Sabía que no lo estaba haciendo tanto por ella, sino por la propia Shuhua. Entonces Minnie la dejaría hacer cualquier cosa si eso significaba que Shuhua estaba un poco más tranquila sobre la situación.
Pero Soojin sabía que Minnie no podía ver el esfuerzo real en sus ojos, no podía distinguir la mirada de la ángel cuando realmente estaba concentrada en algo. Y la preocupaba.
"Te voy a curar", le dijo Shuhua un día mientras estaban acostadas en su cama. Minnie no pudo evitar sonreír ante eso. Ella no podía, nadie podía, pero no importaba, la decisión de Shuhua de quedarse con ella era suficiente para ella. Realmente no podría estar más agradecida por ella.
"Está bien, Shuhua, a veces la vida simplemente no sale como queremos", trató de tranquilizarla, pero Shuhua solo frunció el ceño más.
"No es justo. ¿Cómo puedes estar bien con esto?" La voz de Shuhua creció mientras hablaba, pero la sonrisa de Minnie no se desvaneció, sino que acarició su rostro en un intento de aliviar su irritación.
