Capitulo 6: Su primera cita

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Él se despertó primero. Mira la hora en su celular y sabe que tienen que levantarse. Pero antes de eso, ve una oportunidad que no puede dejar escapar. A su lado sentía la respiración de otra persona, están demasiado cerca, tanto que puede sentir el calor de su cuerpo. Por un momento duda si hacerlo, pero quiere tener una actitud decidida. Por tanto, lentamente lo abraza, pasa su mano por su cintura y empieza a subir por su espalda mientras lo acaricia, mientras que, con su otra mano juguete con el largo de su pelo. Justo cuando la otra persona está empezando a despertarse, le aprieta la nariz y hace un ruido con su boca, como si fuese una nariz de payaso lo que apretara.

—Buen día, dormilón. ¿Dormiste bien en mis brazos? —pregunta sin perder su sonrisa.

—¿Qué está haciendo, tonto?, quítame las manos de encima —responde de mala gana, aun sin abrir del todo los ojos.

Al instante, Leo empieza a golpearlo, Alex trata de defenderse, pero es inútil, ya está siendo sometido. Solo le queda rodar en dirección al suelo para tratar de escapar. Mientras esto ocurre, ven a Sabrina que sale de la habitación ignorándolos.

—Pensé qué me querías, pero eres un violento. No puedo amar un hombre así —dice eso desde el colchón de abajo, donde dormía Sabrina, cubriéndose por completo con su sabana.

—Me sorprende que aun cuando recién te despiertes tengas tanta energía para hacer estupideces.

—¿Es un cumplido o un insulto?

Alex disfruta mucho de molestar a Leo, sabe que detrás de esas actitudes de chico malo es alguien bueno y amable. Él no tiene mucha paciencia, puede parecer tranquilo, pero es de un carácter explosivo. Lo conoce lo suficiente como para saber hasta cuando puede molestarlo.

En eso, Sabrina vuelve a la habitación.

—Sabrinaaa... Leo fue malo, me pego y me mando a dormir abajo —dijo intentando que se compadezca de él.

—Algo habrás hecho —respondió riéndose al ver la situación.

Rápidamente se da por vencido, parece que ella no se apiadara de él y su cara de perro mojado.

—Será mejor que bajemos. Mi papa seguro esta por empezar a cocinar.

Todos empiezan a acomodar la habitación y a prepararse para bajar. Una vez acomodado todo, bajan en grupo hacia la cocina donde se encuentra el padre de Alex.

Luego de: charlar, comer, limpiar todo, aconsejar a Sabrina y verla irse, los dos amigos quedan solos.

—Bueno, somos jóvenes. Es sábado, tenemos tiempo libre, el mundo esta a nuestros pies, querido Leo —comenta, al mismo tiempo que se estira para relajarse—. ¿Qué tienes en mente para disfrutar de este sábado?

—A decir verdad... ya tenía pensado algo.

—¿Ir a buscar chicas?, o ¿ir al árcade?, ¿tal vez ir a holgazanear al centro? Iluminadme, amigo mío.

—Estudiar —responde con una leve sonrisa—. Te iba a pedir que me ayudas con eso.

—Buuuuuuu, fracasaste como joven. —Lleva sus manos a su boca para hacer énfasis al abucheo—. Pero has venido al lugar correcto, mi sabiduría esta a disposición de los que la buscan, llamad y los oiré, súbditos.

Alex y Leo empiezan a preparar todo para ponerse a estudiar. Van a la sala principal donde se acomodan, Alex deja una bebida de naranja en el medio de la mesa, además de otras comidas para ir recargando energías mientras están estudiando.

Ambos se concentran, las charlas que se dan son solo preguntas de Leo sobre los temas de estudio para entenderlos mejor.

En medio del silencio Alex se distrae observando a su amigo.

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