Misión 02: Fiesta de cumpleaños.

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El sonido de las copas chocar y los meseros caminar era lo único que mantenían despierta a Yor

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El sonido de las copas chocar y los meseros caminar era lo único que mantenían despierta a Yor.

Observó una vez más la hora en su teléfono, la manecilla se movió indicándole que Loid ya se había retrasado dos horas con trece minutos.

—Señora Forger —Aquel mesero que la atendió al inicio volvió a hablarle— Lo lamento, ya he recibido órdenes superiores; si no ordenará nada, me veré en la penosa necesidad de pedirle que se retire.

—No, no —Movió su cabeza de lado a lado— Es que... mi esposo se ha retrasado un poco, pero... uhm, podría empezar sirviéndome el vino y trayéndome el menú, sé lo que le gusta, puedo pedir por él.

El mesero sonrió forzosamente y se retiró.

Yor suspiró y volvió a ver a las personas sentadas en el restaurante.

Habían familias, parejas, matrimonios y niños riendo. Habían personas disfrutando de la compañía mutua y el regocijo de simplemente estar ahí sonriendo y estando dispuestos a pasar un buen rato.

Sacó su celular y revisó sus mensajes; ya le había marcado a Loid con anterioridad, pero sus llamadas habían ido a buzón y el último mensaje que tenía era de Anya pidiéndole permiso para dormir en casa de Becky, a lo cual, evidentemente había accedido.

Ya tenía el menú en sus manos y el mesero sirvió con lentitud el vino en las dos copas, aquellas que lucían lujosas a un lado de las velas y la oscuridad de la noche. Sus ojos observaban los distintos platillos, pero ninguno se le hacía tan apetitoso como para olvidar el mal sabor de boca que se le estaba formando.

El reloj en su mano nuevamente le susurró, casi podría creer que estaba enloqueciendo, pero lo que sí era verdad es que tenía que aceptar una cosa: Loid no vendrá.

Puede que haya tenido mucho trabajo, seguro que quizás apagó su celular sin darse cuenta.

«O quizás lo olvidó»

Miró su reflejo en el plato y los cubiertos; un poco de maquillaje y ese vestido negro tan peculiar que la hacía ver muy bella a su parecer.

Sintiendo la tristeza invadir su ser, dio un trago amargo a la copa de vino y sopló las dos velas con molestia. Se levantó de la silla, quizás haciendo más ruido del necesario, pero, de todas formas, buscando llegar a casa y poder hablar con su esposo.

El trago comenzaba a hacerle efecto, lo sentía al caminar y al esperar el autobús, también lo sintió al llegar al departamento y subir las escaleras.

Soltó un suspiro, antes de intentar meter la llave en la cerradura.

Pero, entonces, se dio cuenta de que la puerta estaba entreabierta, como si ya hubiera alguien en casa... ¡quizás ella se equivocó! Quizás Loid ya la esperaba porque se olvidó que su cita era en aquel restaurante... ¡posiblemente él pudo haberle cocinado algo!

Read your heart [Damianya, Twiyor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora