Cap. 8

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La sangre caía lentamente por sus manos y su boca.
Se relamio los labios, saboreando la última gota de sangre que tendría por un buen tiempo.

Sonrió con una gran satisfacción y dio un salto a los techos de las casas.
El ambiente era demasiado llamativo y vivo como la primera vez que vio todo.

Sin embargo, su trabajo ya estaba hecho y no tenía que desperdiciarlo.
Y ya lo había desperdiciado tomándose un festín de humano.

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Ya había pasado demasiado tiempo caminando, sin rumbo y el sol no daba ninguna señal de querer salir pronto.

Piso enfadado el suelo y desesperado, lentamente avanzando en el bosque encontrando un templo.

Lo miró de arriba hacia abajo, en condiciones un tanto deplorable.

Justo antes de irse, su brazo salió volando.

—Ah... Pensé que era un humano. —

Akaza hubiera querido encontrarse con quien sea, menos con el.
—Pero si es mi gran amigo, Akaza. —

Una gota de sudor frío cayó lentamente sobre su frente, pero su expresión era sería.

—Te ves... interesante Akaza. —

—Que quieres, habla ya, prefiero estar comiendo que estar contigo. —
El brillante abanico salió de las sombras.
—Habla ya Douma, no tengo todo tu tiempo. —

El mencionado sonrió con satisfacción.

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—Es mañana. —
Habló Rengoku, quien se encontraba hablando con Shinobu y Tanjiro a altas horas de la noche.
—Lo sabemos, y estamos listos, ¿verdad, Shinobu? —

La mencionada lo miró con curiosidad.
—Tomando en cuenta tu condición, Kamado, dudo que debas ir. —

Este se quedo pasmado.

—Shinobu tiene razón, joven Kamado, tendrás que-

—¡E-esperen! — Azotó sus manos en su mesa.

—No es necesario tanto ruido, ya es muy tarde. —

—Lo siento Shinobu... Pero hay algo en lo que ustedes dos no han pensado... —
Los dos dejaron de ignorarlo tanto y le pusieron atención.
—Supongo que... El patrón sabe algo, no? —

Shinobu y Rengoku se quedaron pasmados.
—V-ven? Me necesitan. —

Shinobu se miró molesta, pero Rengoku se quedó pensando.
—Tiene un punto... —

—Okay, si tienes un punto Tanjiro, pero entiende que tu salud es más importante. —

Tanjiro apretó sus puños.
—¡Podría detectar si es alguna trampa! —

—Tanjiro, entiende que-

—¡Crack! Un demonio se encuentra en un pequeño pueblo. —
Era el cuervo de Shinobu, quien le llamaba.

—Ugh... Rengoku encargate de la situación, por favor. No tardaré. —
Dijo, para salir de la finca.

Cuando salió y cerró la puerta, Rengoku se sentó al lado de Tanjiro.
—Quiero salir a asesinar demonios. —

Rengoku le miro triste.
—Sanar por completo tardará meses, joven Kamado. —

Se quedó en silencio.
—Incluso, ni siquiera debería ir yo. —

—¿Si quiera pelearemos con la Luna superior? —
La pregunta agarro desprevenido a Kyojuro.

—¿A qué te refieres?—

¡¿Akaza quiere ser un cazador de demonios?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora