Mikoto:- hola soy Mikoto o mejor conocida como Quetzalcóatl. Yo me encargaré de narrar hoy, al menos hasta que Saiki Kusuo se entere, si me ve hablando con usted se molestará pero que importa. Creo que me necesitan para el contexto de esta parte de la historia así que Saiki no te enojes.
Yo soy una diosa que a existido desde hace muchos milenios y yo junto con mis hermanos nos encargamos de cuidar a la zona de occidente de este mundo, actualmente conocido como America.
Ahí los humanos nos veneraban y creaban pirámides para nosotros dándonos uno qué otro sacrificio humano para que los siguiéramos ayudando, aunque a mí nunca me a importado eso, no me gustan los sacrificios, odio que se derrame sangre en mi nombre así que un día baje por mi pirámide y les pedí que no me dieran de esta forma su gratitud o para pedirme algo. Ayudo a mi pueblo sin esperar nada a cambio, mientras creyeran en mi y me dejaran convivir con ellos era más que suficiente.
Amo a mi pueblo y a pesar de que después de la llegada de otros humanos a invadir mi hogar y mataran a muchos de ellos, se que mi pueblo aún vive en todas las personas y me encargare de seguir ayudándolos.
O al menos eso esperaba ya que un día cometí un terrible error. Mi hermano Tezcatlipoca me intentó muchas veces engañar y en uno des esto me hizo emborracharme y cometí muchas acciones que no puedo ni decir por la vergüenza.
Apenada por mi error decidí dejar mi amado pueblo y juré no regresar hasta limpiar mi nombre.
Y ante mi desesperación por regresar a mi hogar fui con él hermano de Saiki y ese fue el segundo mayor error de mi existencia.
Saiki Kusuke es un maldito dios que quisiera jamás haber conocido.
Por ese entonces Saiki se encontraba en Japón y a pesar de sus advertencias sobre su hermano no lo escuché y fui con él para apostar.
Pero para mi desgracia perdí en esta y Kusuke se quedó con la mayor parte de mi poder.
No solo no puede limpiar mi nombre, también cuando mi pueblo más me necesitaba yo no pude ayudarlos en la época de la conquista y en parte es mi culpa que hayan muerto tantos.
Y ahora solo soy una diosa de las más débiles y que es recordada por su pueblo como alguien que no los ayudo.
Me la paso la mayor parte del tiempo en mi pirámide buscando una manera de recuperar mis poderes y limpiar mi nombre.
Y en uno de esos días, 16 años para ser exactos, tuve la sensación de salir por alguna razón.
Ahí fue donde la encontré una nota colgada en una de mis plumas cayendo del cielo justo enfrente de mi pirámide. Rápidamente la tome, era un trozo de papel pequeño y muy viejo que tenía solo una oración incompleta.
No olvides lo que la diosa le hizo a ______
Mi pluma tenía en la punta una mancha negra del mismo color que la tinta con la que estaba escrita la nota.
No tenía la menor idea de que significa o porque me había enviado algo como esto a mi misma.
Entre nuevamente a mi pirámide y analicé el papel con cuidado, ahí me di cuenta de que no era un papel ordinario, era de esos que se hacían única en Japón en la misma era en la qué Saiki se había encontrado ahí.
Intenté recordar pero mi cabeza dolía cuando trataba de hacerlo. Le pregunté a mis hermanos y ninguno de ellos recordaba esas fechas, ni siquiera Saiki quien era el más poderoso de todos los dioses.
Ahí fue donde entendí que la nota estaba relacionada con Saiki. Alguien tan poderoso como él que no recordara esto era muy sospechoso.
Conozco a Kusuo desde que salí mi madre Chimalma. Toritsuka, Saiki y yo hemos sido dioses muy unidos desde los inicios del mundo. Saiki y yo como los dioses más fuertes y Toritauka como el más débil de todos los dioses.
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El amor de un dios
FanfictionQué pasa cuando un dios todo poderoso se enamora de un simple humano. Como la normalidad puede ser tan encantadora para un dios que si quisiese puedo era destruir el mundo entero solo por él. La normalidad se ganará el corazón de un dios.