CAPITULO IIII

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-Em... no, me llamo Tyler -dijo el.
-Oh, lo siento.
-No hay problema -sonrió.
La misma sonrisa, era una replica exacta de Steve, pero se llama Tyler.
-¿Qué fue eso? -pregunto Nicolás.
-Nada que te interese -dije groseramente.
Hizo un gesto de desaprobación y se fue. No me importa en este momento.
Me acerque a Abby, y la tome del codo.
-No me siento bien, creo que iré a casa.
-¿Que tienes? -pregunto preocupada.
-Nada grave, ¿nos vemos mañana?
-¿No quieres que te lleve a tu casa?
-No, quédate, nos vemos mañana.
-Esta bien, cuidate.
-Lo mismo.
Salí y partí directo a casa.

Llegue y me di cuenta que mi madre esta despierta, entre.
-Llegue mamá -grite.
Voy directo a mi cuarto. Antes de entrar mi madre salio con una bata de dormir.
-Hola cariño ¿Por qué llegaste tan temprano? Son tan sólo las 10.
-No me siento bien, es solo dolor de cabeza, se me pasara.
-¿Quieres qué te de alguna píldora?
-No mamá, solo iré a descansar, así se me pasara.
-Esta bien, si me necesitas me llamas.
-Esta bien mamá.
Beso mi frente y volvió a su cuarto. Entre al mio, me despoje de mi ropa y me deshice del maquillaje. Me coloque unos pantalones largos de pijama y una camisa con un unicornio decía "Los unicornios existen", la amo.
Me acosté y en unos pocos minutos caí en un profundo sueño.

Abrí los ojos y ahora estaba en un lugar oscuro, palpee a mi alrededor y solo sentía un tipo de tela suave, ¿donde estoy?. Hice a un lado toda la tela y palpee adelante; creo que estoy encerrada. Golpee fuertemente una de las paredes y caí al suelo, con lo que parecía ser, varias prendas de ropa.
-¡Dios santo! ¡Madre! ¡Padre!
Me levante y mire a la persona arrinconada en la cama. Me encontré con esos hermosos ojos azules que tanto amaba.
-¿Annabelle?
-Annie -corregí.
-¿Qué hacías en mi guardarropa?
-Te lo explico luego, debo ocultarme antes de que lleguen tus padres.
-En el baño
Entre al baño cerrando la puerta suavemente.
-¿Qué pasa? -dijo su madre-
-Solo se cayo la ropa del guardarropa y me alarme.
-Bien, me diste un susto de muerte -dijo su madre.
-Lo siento.
-No importa, vuelve a dormir -dijo su padre.
-Buenas noches.
Escuche como cerraban la puerta y salí del baño.
-Ahora debes explicarme ¿por qué desapareciste hace dos semanas y por qué estabas en mi guardaropa?
-Para serte sincera no se porque estaba en tu guardarropa.
-¿Qué? Espera no me puedo concentrar si sigues usando esa camisas.
Me reí.
-¿tienes otra?

Contra El Reloj.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora