CAPITULO V

84 11 0
                                    

Estaba con Steve.
-Es cómica -rió bajo- responde a mis preguntas, ¿ahora me acosas?
-No te estaba acosando.
-¡Saliste de mi guardarropa! -susurro/grito.
-Y lo siento ¿si? -alce mis manos un poco exasperada.
-Esta bien, esta bien -el alzo sus manos en señal de paz- ven -se sentó en su cama y palmeo a su lado para que me sentara.
-Para serte sincera, tu pijama no esta nada linda -me senté.
El miro su atuendo y luego rió.
-Para serte sincero no esperaba visitas -contraatacó.
-Buen punto -murmure y lo mire- si tan solo no fueras parte de mi imaginación -dije.
-No soy parte de tu imaginación -rió- y estoy seguro que tú tampoco lo eres, no podría imaginar algo tan bello como tú.
Mire hacia suelo.
-No entiendo como te dejan salir tan tarde -miro su pequeño reloj antiguo- son las nueve, por Dios -finalizo él.
-¿tarde? -reí.
-¿Que tienes Annabelle?
-¿Cuando tiempo crees que te tardes en aprender mi nombre? -le pregunte.
-Ese es tu nombre, pero no me cambies de tema ¿que tienes?
-Nada, solo que quieras que fueras real -le sonreí.
-Tu siempre me confundes con eso de real o no real -río- ¿acaso esto no es real para ti?
Se acercó, y me beso.
Siempre hacia hormiguear todo mi cuerpo.
Pero era un sueño, un maldito sueño.
Y no podía hacer nada contra eso.
-Lo es -puse mi mano encima de la suya, y podría ir al infierno por mentirosa.
-Por que te aseguro que esto es demasiado real para mi -sonrío y se separó- y demasiado indecoroso, ni siquiera nos hemos casado.
-¿casado? -solté una carcajada y el rápidamente tapo mi boca- lo siento, es que tan solo tengo 16 y tu 18.
La realidad, era que por centésima vez me lo estaba repitiendo ¡Era un sueño!.
-Lo sé, mi amiga esta casada desde sus 14, creo que nos estamos quedando atrás.
Diablos, me olvida que estamos en 1938, todo tan diferente.
-Annabelle -siguió él- temo que si no te presento rápido con mis padres, ellos me busquen otra esposa.
Lo mire, ni siquiera en los sueño podría controlar algo.
-Tu no te casarías con ella ¿verdad? -pregunte.
-Esa decisión no de pende de mi Annabelle -tomo mi manos entre las suyas- por eso te digo que nos debemos comprometer lo más rápido posible.

Abrí los ojos un poco molesta por el sonido de mi celular, estaba entrando una llamada ¿quién era y por que a esta hora? Las únicas horas que tengo junto a Steve.
Tome el teléfono y de mala gana conteste.
-¿Hola?
-¿Annie?
Me incorporé en la cama.
-¿Quién habla?
-Hola, soy Tyler, el de la fiesta ¿me recuerdas?
Si, lo hacia, el verdadero Steve.
-¿Cómo conseguiste mi numero?
-Tu amiga, Abby.
No esperaba menos de ella.
-Me preguntaba -siguió él- si quisieras ir a comer un helado esta tarde ¿te parece?
-¿Helado? Mi favorito -conteste- si, me encantaría.

Contra El Reloj.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora