- ¡Luzu!
El grito del ya conocido psicólogo del pueblo lo sacó de sus pensamientos, mientras retiraba comida del horno y la dejaba enfriarse un poco antes de comerla. Se encaminó a la puerta y al abrirla se encontró con el joven pelinegro que últimamente rondaba sus pensamientos.
-Hey -Saludó con una sonrisa antes de acercarse y abrazarlo, siendo correspondido. Se separó de un lado abrazándolo por los hombros e invitándolo a pasar. -Feliz Navidad, Auroncito.
-Aún no es Navidad, Luzu -Rió cuando tomó asiento en la mesa que el castaño había preparado en su terraza.
-Lo sé, pero de seguro que para cuando sea estaremos hasta la cabeza de mi exquisito vino.
-Mira que he oído halagos propios, pero tú te superas, eh.
-Oh, por favor. Te he visto frente al espejo diciéndote lo bello que eres por horas.
La charla continuó animadamente a la par que el cielo se tornaba cada vez más oscuro, dándo espacio a las estrellas de mostrarse aún más bellas.
Luzu había apagado cada luz alrededor de su casa, dejándola en completa oscuridad exceptuando la terraza, donde un par de luces y velas no dejaban que la oscuridad reine por completo.
Tal como predijo Luzu, en un par de horas ambos ya se encontraban hasta la cabeza de alcohol, cualquiera que pasara por ahi reconocería las típicas risas de dos hombres borrachos pasándolo bien.
Cada palabra que salía de la boca de Auron era equivalente a una risa de Borja, ya que el castaño era poco más intolerante a los efectos del alcohol que Raúl, pero que confiaba completamente en este, por lo que se sintió libre de beber cuanto le diera la gana.
Volviendo de un corto viaje por otra botella, divisó al más bajo recostado en el barandal de la terraza, paseando sus ojos por las plantaciones de uvas para el vino, con una expresión neutra, o al menos a ojos de Luzu.
Su mano derecha tanteo con las ganas de posarse sobre la contraria, ya que el menor no se había percatado aún de su presencia.
Cerró los ojos y suspiró en silencio, acercándo su mano para finalmente, posarla sobre la contraria. Raúl volteó y se sobresalto levemente, el movimiento lo tomó de improvisto.
-Coño Luzu, que casi me da un infarto -Bromeó, moviendo las manos de manera en que ambas manos queden entrelazadas. Jaló de estas guiándolo al sofá que se encontraba en aquella terraza.
Luzu sólo se dejó hacer, disfrutando cada roce que lograba con el menor y que este lo hiciera sentir aún mejor reforzándolo.
Ambos se pusieron de acuerdo en apagar cada luz del lugar, únicamente bajo la luz de la luna, que para su suerte, había decidido brillar lo suficiente para poder contemplar el rostro ajeno y todas las cosas a su alrededor.
-Luzu, me estoy meando, guiame al baño.
-Pero si tu sabes donde está el baño, no es la primera vez que vienes.
-Es que no quiero encender las luces que me quedo ciego, y tu puedes llevarme sin tropezar en la oscuridad.
-Bien, bien. vamos.
El castaño esperaba en el marco de la puerta del pasillo para llegar al baño, el cual se encontraba cerrado y con Auron dentro, observaba la oscuridad mientras esperaba que el otro terminara.
Una vez salió se dirigió al más alto, recostandose también junto al marco de la puerta unos segundos, para sacar de su trance a Luzu, quien al notar su presencia rió nervioso.
- ¿Quisite vengarte por el su- ¡AH!
Ambos gritaron por la sorpresa al mismo tiempo cuando de la nada el cuarto se iluminó debido a las luces navideñas, para que en unos segundos, vuelvan a apagarse de la nada, y volviendo a encenderse, repitiendo este proceso una y otra vez, haciendo que dos hombres borrachos de entre treinta años se abracen con terror.
Sí, dos idiotas ebrios gritando por luces que parpadean.
De un momento a otro, el pequeño cerdito que pertenecía a Luzu apareció frente a ellos, mordisqueando un pedazo de plástico en su boquita. Y luego sólo lo dejó caer, dando a conocer que era el control de las luces que colgaban en aquella habitación.
-Oh. Sólo era Manolo.
El silencio reino hasta que Auron recordó que aún se encontraban abrazados, por lo que giró la vista hacia el rostro ajeno, cruzando miradas por bastantes minutos.
En un intento de escapar de la penetrante mirada, Luzu observó arriba, pero en vez de eso, solamente enrojeció, alertando a Auron tentandolo a observar en la misma dirección.
Muérdago.
"Oh"
Susurraron al unísono.
El agarre de ambos se aflojó, dejando los brazos de Raúl bajo los de Borja y los de este sobre los hombros ajenos. Sonrieron.
No había mucho que pensar, o decir. Unieron sus labios casi al instante, sin movimiento alguno, aún.
No duró mucho, por lo que se separaron con suavidad, tanta que la separación no hizo el más mínimo ruido.
Luego de anhelarse otra vez durante un largo tiempo, el más alto tomó valor y subió las manos de los hombros ajenos a la nuca, empujándolo hacía sí con fuerza oara que su espalda choque con el marco, obligando a Raúl a bajar las manos a sus caderas para no ser presionado por la pared mientras sus labios eran atrapados por los contrarios otra vez.
Mientras seguían perdidos en el otro, llegaron las doce, alertandolos por los petardos que ahora iluminaban el cielo.
Corrió tomando la mano de Luzu, que se encontraba totalmente desconcertado, parecía que la sesión de besos lo había dejado más tonto de lo que ya estaba por el alcohol.
Lo último que recuerda fue el show de luces en el cielo y un "Feliz Navidad, mi niño" antes de otra sesión de besos.
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love | luzplay
Fanficel libro de drabbles luzplay que considero son muy cortos para subirlos por separado.