Mal día

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Oye golpear la puerta con fuerza desde el ático.

Estaba ordenando un par de cajas aprovechando su día libre, no se dió cuenta de la hora, mirando en su móvil que es la hora en la que usualmente llega Aurn.

Pero se le hace extraño, pues siempre le llama, le avisa que ya llegó.

Pero oye un golpe sordo, bajando las escaleras, tal vez el alfa tuvo un mal día.

Llegando abajo ve a Auron patear el sofá unas cuantas veces, antes de lanzarse al sofá boca abajo, frustrado.

Suspira antes de desnudarse lentamente, a la vez que comienza a transformarse en el tigre, dejándolo todo en el suelo.

Se acerca al menor, pasando su rostro bajo la mano que quedo colgando a un lado del sofá, sorprendiendo al alfa, quien voltea a ver de inmediato.

-Luzu, no sabía que estabas en casa. -El felino se acurruca por la mano, que pasa a acariciarlo lentamente entre las orejas y bajo en hocico. - ¿Que tal ha estado tu día? Yo no he tenido el mejor.

El tigre hace un pequeño sonido y acerca su cabeza a la espalda recostada, empujándolo un poco, tratando de indicarle que se de vuelta.

-Va, entiendo.

Voltea inmediatamente, a lo que con rapidez, sube sobre las piernas y se acomoda sobre su pecho, como un gatito y su dueño. Un gatito bastante grande.

Raúl suspira con suavidad, sabe perfectamente lo que está haciendo su omega. Y está realmente agradecido de que lo conozca tan bien.

-Te quiero, mi niño. -Susurra, acariciando el pelaje naranja. -Gracias.

El felino deja una corta lamida en su mejilla y enrosca su cola en una de sus piernas, para acurrucarse sobre el Alfa, tranquilo escuchando el palpitar de su corazón.

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