Capitulo 6

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EVEREST

Camino de un lado a otro desesperado y con el peor humor de mis días, el día de ayer fue lo más cansativo e insoportable.

—AVA! VEN AQUÍ AHORA—.

sé que está huyendo de mi sabe los sermones que le daré, su nueva amiguita hizo mi vida imposible ayer y justo en el día de el baile.

Aunque no fue de mi importancia estar allá mi presencia es sumamente importante.

Ella aparece con una bandeja y trae consigo un apetitoso desayuno.

Sé que intenta manipularme.

—Hola hermanito te traje tu desayuno, yo misma lo he echo para ti—.

—Sabes el peligro en que nos metimos ayer? Sabes la gravedad de este asunto?—.

Ella coloca la bandeja en la mesa y me enfrenta.

—No es mi culpa que tu "seguridad" no sirva para nada hermano, sabes muy bien que esto iba a suceder, tu prometida debía invitar a personas importantes y conocidas no a toda Londres a el baile, por qué ella lo que le importa es la apariencia y no cuidar su nación—.sus ojos se encuentran cristalizados se que no esta bien, ningunos lo estamos.

—Esto no se trata de ella, se trata de nosotros, unas simples personas no tienen el poder que nosotros tenemos—.

—No quiero esta vida exaustiva, no tengo por qué cumplir con eso, se que son personas inocentes que necesitan ser protegidas, es sumamente peligroso, no podemos arriesgarnos a perder a personas importantes.

—Se que quieres tener una vida "normal", para eso debemos de terminar con ellos!, no quiero arriesgarlos a vivir la vida que yo he vivido, no quiero que tengan una responsabilidad de esa magnitud, pero tienen que aprender a sobrevivir!.

—Quiero que esto acabe, las extraño, no quiero perderlos a ustedes también — ella me mira con nostalgia y tristeza, y me duele el corazón que mis hermanos se sientan de esta manera, y aunque me duela de la misma magnitud intento mantenerme sereno y tranquilo por ellos.

La abrazo y siento algunas lágrimas caer sobre mis hombros.

—Te prometo que nadie nos va a hacer daño, te lo prometo—.

Ella me mira y yo limpio sus lágrimas con mis dedos.

—Gracias por ayudarla, te lo agradezco mucho—.

—Debi dejarla morir por dañar mi costoso atuendo— ella me da un pequeño golpe en el hombro y ambos sonreímos intentando apartar toda tristeza.

—Deja de molestarla hermano, te va a comenzar a odiar—.

—Creo que ya lo hace, y de ser así no me importa en lo absoluto tengo millones de cosas más importantes por hacer—.

Desde lejos puedo notar su ira hacia mi, y me da satisfacción causarle algún sentimiento a una persona sobre mi.

Y haré que permanezca así.

Tomo un cigarrillo de mi escritorio intentando calmar mis pensamientos y relajarme un poco.
Pasó  mis manos sobre mi rostro frustrado.

Sobrepensar demasiado ha causado que mi hambre aumente, y necesito salir de aquí un momento o tal vez un buen tiempo.

No se cuanto más podré aguantar con mi autocontrol.

—No lo hagas.

—Deja de hacer eso, no somos iguales Ava, ni tú ni Abell lo son, y no sabes cuanto agradezco que sea así, yo pagaré por mis "pecados"— demandó furioso, sabe que odio que use mis debilidades para meterse en mi mente.

—Has intentado curarte por mucho tiempo, no te rindas ahora, hazlo por ti mismo, por favor!.

Sus ojos se encuentran suplicantes y aunque luche con todo mi ser no hacerlo lo haré.

Salgo de oficina y de lejos escucho su voz llamándome, mi cabeza duele y mi vista se vuelve más intensa.

me tropiezo tan fuerte con alguien que no logro distinguir su rostro, solo noto que su cuerpo cae al suelo y al mirarla mis sentidos se ponen alerta.

Es la amiguita de Ava cuyo nombre no recuerdo y no me importa.

Aunque parece apetitosa decido dejarle el camino libre, no quiero que Ava me odie.

—Estas bien?— reaccionó unos segundos más tarde y le ofrezco mi mano para que se levante, ella me manotea de mala manera y se levanta acomodando su exagerado vestido.

No esperaba esa reacción de ella.

Su cabello pelirrojo luce muy brillante y alborotado como una escoba.

Atractiva.

Ella me mira con odio, puedo sentirlo, intento no reír con malicia por su gesto pero me es inevitable.

—Puedes al menos prestar atención cuando caminas!!— ella cruza sus brazos molesta y me reclama de una manera mandona.

—Esta es mi casa. Y usted no me va a enseñar cómo debo andar en ella, ademas nunca me pidió disculpas por su atrevimiento de ayer en la noche.

Aunque no me interesan sus disculpas, solo quiero ver como se humilla ante mi como lo hacen todos.

Tiene suerte de que aún siga en vida.

Estos días no han sido muy tranquilos..

—Yo no tengo por qué ofrecerle mis disculpas a un mal educado como usted!, y tranquilo me falta poco tiempo para irme y no verle esa cara de.. se queda pensando un momento y yo intento no reír, es que esta jovencita es muy rebelde tal vez necesita a alguien que le enseñe a respetar y obedecer y aún más a mi persona.

—Es así me iré y no quiero volver a ver a alguien tan insoportable como usted!— la miro serio intentando buscar algo en ella, intentando provocarla, buscar alguna debilidad..

—Es imposible que alguien no me quiera ver y menos alguien tan insignificante como usted, seguro que lo más atractivo que ha visto en su pueblo es las huellas que he dejado cuando lo he visitado— me mantengo serio en mi lugar sin mostrarle lo molesto que estoy.

Ella se ríe a carcajadas y no entiendo por que su acto de atrevimiento!, la verdad no miento, en Canadá todo es asqueroso y anticuado, aunque su risa no es tan horrible, me repugna y prefiero irme para no toparme con ella.

La verdad no veo la hora en que se marche.

Aunque no puedo negar que ordena muy bien mi alcoba.

— Usted de verdad que es difícil, no entiendo como está comprometido, quítese de mi camino no quiero volvérmelo a encontrar—.

No sabe a quien se refiere de esa manera.

Ella pasa a mi lado y tomo su brazo molestándola.

—Bueno creo que no se podra, tuve un gran acto de caridad dejándola entrar en mi hogar, comer mi comida, asearse, tener una alcoba donde dormir, además tiene usted uno de mis libros, el cual en ningún momento le di el permiso de tomarlo, y.. si es posible pasare mil veces en frente de usted como acto de caridad también, está belleza no la ves todos los días.

Ella voltea sus ojos y me suelta con molestia y la dejo seguir su camino.

Mi sonrisa se ensancha y aunque no me acostumbro a reír con las personas me causa satisfacción irritarla.

Y si es posible no dejaré que se vaya hasta hacerla perder su paciencia.

Solo para eso..

A punto de la verdad (+18), (en proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora