Capitulo 14:

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Todo es silencio, un silencio realmente incómodo estoy sentada al lado de Everest quien luce serio y callado.

Intento romper el silencio y me aclaro la garganta antes de empezar—Gracias— mi voz sale mas nerviosa de lo normal y no sé por qué.

Everest me observa sin ningún tipo de emoción y pone su vista a el frente nuevamente.

No me va a decir absolutamente nada?.

Antes estaba sonriente y agradable, ahora luce indescriptible y callado.

—Eres un tutor exigente pero te agradezco tu esfuerzo por ayudarme ..

—No hubo esfuerzo alguno, fue un simple acto de bondad—.

Sonrió con ironía, un acto de bondad?, la forma en que lo dice parece burlona, sabía que en cualquier momento su amabilidad se esfumaría.

—Entonces te agradezco por tu acto de bondad, y quisiera volver a intentarlo— juego con mis manos esperando una respuesta de él.

—Puedes hacerlo cuando quieras, escogeré un arquero para ti.

—De acuerdo..— Eh, estoy pensando en ir a Canadá la semana que viene.

Él voltea rápidamente y entrecierra los ojos.

—Se te olvida que eres mi prisionera?—.

—Prisionera?, no Everest, tengo una vida, cosas importantes que hacer, no te comportes como un imbecil.

El toma mi mandíbula y sus ojos grises me miran con una emoción diferente a la que normalmente posee.

—Ni se te ocurra volver a llamarme imbecil Elizabeth, y por tu rebeldía te prohíbo que tengas un tutor en la arquería me tendrás que soportar—.

Apartó su mano con fuerza y lo miro molesta.

—Que crees que soy Everest, no puedes mantenerme como una esclava, no soy como tus sirvientas ni tus guardias, me debes respeto, no tienes el derecho de prohibirme mi libertad—.

Su vista permanece en frente y con mi dedo tocó su brazo esperando alguna palabra de él, no hay ninguna.

—DEJAME EN PAZ!— nada, permanece callado, la carroza se detiene y él abre la puerta y me toma de ambos brazos, forcejeo intentando librarme de su agarre pero su fuerza es increíble.

—Sueltame.

A medida que nos acercamos a la entrada de el palacio un guardia nos detiene, parece que intenta decir alguna palabra pero la preocupación que lleva consigo no lo permite.

—Que quiere?— Everest exige molesto ante su silencio.

—Señor le acaba de llegar una carta— el le ofrece la carta y él la toma curioso.

—Largo— el echa a el guardia y este le obedece saliendo de nuestro camino.

Intento mirar la carta pero él la aparta rápidamente.

—Entra.

—No.

Él me toma y me lanza a sus hombros fuertes, pataleo intentando zafarme, es imposible, este hombre es realmente molesto, su pasatiempo favorito parece ser molestarme y irritarme.

Al llegar a el pasillo principal me suelta y le ordena a los guardias vigilarme, él se marcha con prisa.

Lo sigo con cuidado y lo veo entrar en su oficina, deja la puerta entreabierta y me acerco cuidadosamente.

Él abre la carta desesperadamente, voltea hacia donde estoy pero logro esconderme rápidamente sin que me mire.

Miro sus ojos mientras lee la carta, su expresión cambia completamente, el pasa sus manos por su rostro frustrado.

A punto de la verdad (+18), (en proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora