capítulo cinco

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La profesora Mitchell de inglés había tenido un inconveniente de último momento, así que estaban en hora libre. Yosano y Ranpo habían acercado sus sillas hacia las mesas del grupo del centro.

—Entonces la profesora nos mandó como diez ejercicios de vocalización extra a todos. —le contaba Naomi al grupo. —Y todo porque un chico llegó afónico a la práctica.

—¿Hace mucho estás en el taller de canto? —le preguntó Yosano. 

—Me cambié este año. —le explicó— El año pasado estaba en danza pero este año cambiaron los horarios y ya no podía ir.

—¿Todos aquí están en algún taller? —preguntó Atsushi.

—La mayoría. —le respondió Yosano. —Yo me uniría a alguno, pero estoy en el centro de estudiantes y ya me da suficiente trabajo.

—Yo estoy en el taller de cocina. —comentó Tanizaki.

—Yo estoy en el taller de la siesta. —dijo Ranpo.

—¿También hay? —preguntó ingenuamente el peliblanco.

—Si, en mi casa.

Yosano rodó los ojos ante eso.

—Podrías unirte a alguno y socializar más. —le sugirió a su amigo.

—No, gracias. Estoy muy bien así.

—Por eso solo tienes cinco amigos, Ranpo. —le dijo Dazai.

—¿Cinco? —contó a los chicos que estaban a su alrededor, saltándose a Dazai. — Yo cuento cuatro.

El castaño fingió molestia y le sacó el dedo del medio. Ranpo sonrió sacándole la lengua.

—Volviendo al tema. Hay bastantes talleres a los que puedes unirte. Hay mucha variedad y son muy buenos. —le dijo Naomi a Atsushi— Por ejemplo Lucy está en el taller de manualidades, y Poe en el taller de escritura.

—¿Poe? —cuestionó Atsushi, aún no sabía quién era.

—El amigo de Lucy. —respondió señalando a los asientos del fondo.

Todos voltearon a ver al dúo antisocial. Al lado de la trenzada pelirroja, estaba sentado un chico de pelo castaño que le cubría los ojos. Hablaban entre ellos ajenos a las miradas que caían en su persona.

—Además cada taller participa de torneos regionales cada año. —siguió explicando Naomi— Si ganas, es un reconocimiento no sólo para el colegio sino también para tu curso.

—Hablando de eso, escuché que una chica del A ganó el concurso de dibujo. —comentó Yosano— Si siguen así, nos van a alcanzar.

—Eso nunca. —dijo Dazai— Somos mejores que ellos.

—Dijo el que no está en ningún taller. —mencionó Ranpo.

—Pasa que estoy ocupado. —se defendió Dazai.

—¿Haciendo...?

—Cosas. —dijo nomás.

—Estar acostado quejándose de la vida no cuenta como "cosas". —le informó el de ojos esmeralda.

—Bieen. Me descubriste. —se resignó Dazai. —Pero realmente los talleres no son para mí.

—Está bien. —se encogió de hombros Ranpo— Pero luego no te quejes si ellos se adelantan en logros.

—Yo sí quiero anotarme a uno. —les dijo Atsushi— ¿Cuál me recomiendan?

—Tienes que ver cuáles tienen cupos aún. —le respondió Yosano— La secretaria abre a la misma hora que los talleres; por la tarde.

rivalidad escolar『 bsd 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora