Ni contigo, ni sin ti. (Mario Götze)

Capítulo 8

No entendía lo que acababa de pasar, Mario se había ido de repente y se había comportado de una manera muy distante.

Bueno, supongo que le habrá surgido algo importante o una emergencia.

La verdad era que sentía que algo no marchaba del todo bien con Mario, más tarde lo llamaría para ver que pasaba.

Me puse a ver la película que iba a ver con Mario y me quede dormida en el sofá.

Después de un rato me despertó el sonido de mi teléfono, tenía un mensaje de Gi.

Vi la hora y me di cuenta de que había dormido mucho tiempo. Me decidí a llamar a Mario para asegurarme de que todo iba bien.

Marqué su número pero no me contestó. A los pocos segundos volvió a sonar mi teléfono, era un mensaje de Mario, que decía:

"No me llames más, por favor."

Al leer el mensaje sentí un ligero dolor en el pecho, una gran decepción y tristeza.
Supongo que la culpa era mía, desde un principio no debí hacerme ilusiones con alguien como Mario.
Sabía que acabaría saliendo dañada de todo esto.

Después de aquello y de no poder evitar que se me escapase una lágrima, me puse el pijama y me metí en la cama.

Los días pasaron igual, sin noticias de Mario, tal y como me esperaba después de su mensaje, no tuve mucho tiempo de lamentarme, no tenía tiempo para nada, me pasaba los días haciendo trabajos de la universidad y los casos del bufete.
Apenas había salido un par de veces con Gi para contarle lo ocurrido.

Estaba recogiendo todos mis papeles para darme una ducha cuando la música de mi teléfono comenzó a sonar.

-Diga.-Contesté en inglés, ya que era un número desconocido.

-Eh... ¿Zoe? Soy Will. ¿Te acuerdas de mí? -

-Ah Will, claro. ¿Qué pasa? -

-Llamaba para preguntarte si quieres ir a comer conmigo.-

-Oh, claro. ¿Por qué no?- Reí, pero no podía evitar que Mario se viniese a mi mente, tenía que dejar de pensar en él, no quiere saber de mí y tenía que hacer lo mismo.

-Genial, paso por ti en una hora.-

-Claro, ahora te mando mi dirección. Nos vemos luego.-

-Genial, adiós.-

Colgué el teléfono y fui a darme una ducha.
Me puse unos vaqueros grises y una camisa blanca con unos botines negros de cuñas.

Sequé mi pelo y deje que cayera con sus ligeras ondas naturales.

Me puse un poco de rimel y lápiz de ojos y ya estaba lista para salir con Will.

Me alegraba que me hubiese llamado, me resultó un chico muy agradable y me vendría bien salir con alguien para distraerme un poco.

Justo a la hora acordada sonó el timbre de mi casa, abrí la puerta después de coger mi bolso y salí de mi casa junto con Will. Que me saludó con un beso en la mejilla.

-¿Cómo estás?-Dijo sonriendo.

-Bien, ¿y tú?- Contesté.

-Bien. ¿Quieres ir a algún lado en especial ?-

-No, donde tú quieras estará bien. Yo no me conozco muy bien la ciudad y no conozco ningún restaurante.-

-Bueno, seguro que al que vamos te gustará.-Dijo y montamos en su coche.