Cyborg 2D (studoc)

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Resulta que esta historia aun no termina jsjsjs la voy a extender un poquito mas, así que, disfruten del capitulo 5 uwu 

Murdoc terminó por salir tarde que temprano de si escondite con 2D, no sin antes prometerle al cadáver que volvería pronto a darle una visita. Se sorprendió al ver a la copia mecánica esperándolo en el estudio de PB, dando un pequeño salto por la impresión de encontrarlo ahí.

—¿Puedo preguntar que hacía el amo oculto tras el librero?

—No tengo que darte explicaciones, Cyborg. -Contestó con recelo. —Ve a vigilar que no anden cazarrecompensas cerca.

—El océano parece muy calmo el día de hoy. -Respondió.

—¿Qué, no me oíste, basura? ¡Haz lo que te digo! -Ordena con ímpetu.

—Entendido. -Cyborg se va y Murdoc se pasa una mano por el rostro con cansancio. Va hacia su laptop y se pone a hacer unas cuantas búsquedas confidenciales respecto a sus dos compañeros de banda.

Por si acaso, Murdoc siempre ha sido bastante quisquilloso con lo que le pertenece. Russel y Noodle le pertenecen, por lo que tiene que estar atento con lo que pasa con ellos en todo momento. Claro que 2D también es de su propiedad. Si estuviera vivo lo tendría vigilado todo el tiempo con cámaras ocultas en todos los cuartos.

Ahora con los rumores de un nuevo álbum de estudio a poco de salir (aún no decidía si llamarlo Stink Fish o Plastic Beach), seguramente esos dos se dispondrán a buscarlo y al fin aparecer luego de tanto tiempo.

De vez en cuando los espía de esta forma desde hace meses, cuando el resto de sus actividades le da el tiempo para hacerlo. Piensa que Gorillaz deben volver a estar juntos. Quizá ahora no tan iguales como antes por la cosa del Cyborg 2D, pero serían los cuatro, como siempre debió ser. Los puede rastrear gracias a que alguna vez les inyectó un chip satelital en el brazo, claro que no lo saben.

Por eso se ha puesto a buscar señales de ambos con su computadora que convenientemente cuenta con esa gama tan alta y compleja de la tecnología que su retorcida mente le hizo capaz de articular e instalar. A veces se cree a sí mismo un genio más grande que Einstein o Tesla.

Observa su pantalla. Hay dos puntos rojos en medio del océano (son ellos) que a medida de los días se acercan más uno con otro, a ritmo lento. La ruta que ambos siguen predice que los hará coincidir en un mismo espacio quizá dentro de unos cinco o siete días a partir de ahora.

"Debo buscarlos. Debo encontrarlos primero". Es lo que piensa. Es lo que este nuevo álbum necesita para funcionar.

A veces su radar falla y los puntos en su monitor se pierden por horas o hasta días. Les colocó rastreadores muy baratos después de todo. Ir a buscarlos en esas condiciones es un riesgo que debe correr, ya que, si la señal se pierde y él también está a medio océano, es una desubicación segura, pero lo ha decidido desde hace tiempo. Es ahora o nunca, debe partir hoy mismo.

Esta misma tarde se arma de su equipaje con todo lo necesario para siete días de viaje submarino y encomienda a Cyborg 2D cuidar bien de PB en su ausencia. ―No despegues tu vista del océano, ¿entiendes? Plastic Beach corre peligro; los piratas que me buscan no tardarán en venir a dar conmigo, ¡y eso que estamos en medio de la maldita nada! Esos tipos no se rinden, les debo cientos de miles de dólares, y a algún otro tipo le vendí mi alma.

―No dejaré de vigilar hasta que el amo regrese. -Dijo Cyborg, poniéndose de inmediato en modo vigía desde el cuarto más alto de la isla.

―Eso es. Cuando este de vuelta, traeré nueva compañía. Tu ya los conoces, bueno, el original tú. Pero tienes recuerdos de su memoria que te implanté. Por cierto, que eso fue lo más difícil al hacerte. Y cuando este aquí, prometo meterte más actualizaciones y darte mantenimiento.

―Se lo agradezco, amo Murdoc.

Le dolía dejar a su creación sola. Murdoc dio un respingo intento hacerse el fuerte frente a su máquina. ―Nos vemos pronto. -Con eso, subió a su submarino que anteriormente era un Camaro (sí, también, por obra y modificaciones de Murdoc). Se aseguró de llevar una buena carga de botellas de bebida alcohólica para el camino, y emprendió su travesía en busca de Noodle y Russel Hobbs.

Comenzó a llover esa misma noche en que se fue. Era una tormenta fuerte, llena de rayos y truenos que azotaron contra la marea y la volvieron más agresiva. Y nada de eso le importaba al Cyborg, el siguió cubriéndose bajo techo sin dejar de observar ni un minuto hacia ese ahora tenebroso y oscuro firmamento. Esperaría de vuelta a su amo, o a esos piratas revoltosos. Quien llegara primero, estaba listo para lo que fuera.