Robles

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Las historias sobre esos arboles andantes que se alimentan de la vitalidad de las almas que desprenden un brillo peculiar, son comunes de escuchar en los pueblos que estan cerca de este bosque. Se dice que normalmente son niños las victimas de estos seres, por su brillo, mas fuerte e inocente que atrae a esos seres malvados. Se dice que entierran el cuerpo con vida de aquellos a los que libran de su libertad, enredandolos en sus raices y drenando todo el brillo que una vez desprendieron, cuando terminan de alimentarse van por otra persona que halla corrido con la suerte de entrar en el bosque sin salida, y esos que quedaron enterrados, por consecuencia del miedo, rabia, tristeza y todas esas emociones negativas se transforman en seres de odio que buscan hacer sentir a los demas su mismo sufrimiento, por esta razon si entras al bosque Ever Free y vez a una de estas criaturas, lo mejor sera quitarte la vida, porque de ellos, es seguro que no escaparas. Hoy les contaremos uno de los tantos casos que se conocen y teorizan, es sobre un chico de unos 10 años que perdio su pelota en el bosque y nunca se le volvio a ver...

Jimmy tenia 10 años de edad cuando sucedio, estaba jugando con su pelota a unas dos cuadras de su casa, sus padres no le prestaban mucha atencion, asi que el niño hacia lo que queria sin que sus papas se dieran cuenta. Mientras jugaba pateo la pelota tan fuerte que volo hacia la entrada del bosque, aunque mas bien parecia que algo controlaba el balon haciendo que entre en este, la pelota cayo tras un arbol y el niño fue a buscarla, corrio lo mas rapido que pudo, pues no le gustaba hacercarse a ese lugar, le daba panico si quiera verlo, parecia como si una oscuridad desprendiera de el y que la alegria y gozo no existian allí. Se tropezo con una raiz que habia en el suelo, y cayo hacia un barranco que parecia haber salido de la nada, como si el lugar pudiera moverse a voluntad, o como si lo transportara de un lugar a otro de una manera desconocida. El niño se golpeo muy fuerte al caer, se raspo varias partes del cuerpo y empezo a llorar tratando de levantarse, aunque los golpes no eran muy graves, este al ser un niño pequeño solia exagerar las cosas, pero pese a esto siguió intentando. Luego de un rato pudo levantarse y miro hacia arriba, parecia que el barranco cada vez se hacia mas porfundo, por lo que empezo a gritar por ayuda -MAMI!!! PAPI!!!- era el grito que solto el niño durante unos 10 minutos, tratando de obtener una rexpuesta, pero no fue efectivo ya que nadie respondio a su llamado, el pequeño se hizo bolita en el suelo, abrazando sus piernas, escondiendo su cabeza entre estas y sollozando en silencio, mientras el frio y la oscuridad se adueñaban del lugar, estuvo tanto tiempo que hasta se durmio. Ya unas horas mas arde un pequeño golpe en su cabeza lo desperto, era su balon, no sabía de dónde salió pero sin vacilar mucho lo recogio y empezo a caminar sin rumbo con la esperanza de encontrar una salida del lugar. Estaba tan perdido y adentrado en el bosque que no se veia nada y le era dificil respirar, quisas por las flemas y mocos que sus llantos causaron o por la espesa niebla que se adueñaba del ambiente, ya lo unico visible eran pequeños puntos brillantes que el niño asimiló como luciernagas, sin comprender la verdadera realidad que lo acompañaba. Ya cansado, con frio y luego de haber llorado todo el camino creyo encontrar una salida, estaban sus padres abrazados y saludandolo, el pequeño tiro la pelota y corrio hacia ellos con lágrimas en los ojos, iba a salir, la felicidad se notaba en su gran sonrisa. Sus papás lo esperaban con los brazos abiertos, pero al llegar, era algo muy diferente -PUM!- un fuerte golpe lanzo al niño al suelo, eso que veia no eran sus padres, aquello era algo tanto aterrador como perturbador, un arbol seco, al cual las ramas se le caian, y en su tronco tenia una cara espantosa, en medio del tronco dos pequeños puntos blancos que parecían ser las pupilas estaban bañándose en dos fosas negras que parecían brea saliendo de un pozo, así eran los ojos de la criatura, también tenía, un poco más arriba de las raíces una especie de boca acolmillada de pedazos de madera que sobresalían de esta, el niño trato de correr pero el pie se le atoro en una raiz y tropezo, cayendo bruscamente al suelo, llenandose aún más de tierra, fango y pasto, entonce, aunque no podia ver con claridad lo que era, algo lo arrastro hacia el arbol y poco a poco lo enterraba bajo tierra, se escuchaban gritos de dolor y miendo, el pequeño queria volver a su casa -MAMI!! PAPI!!! AYUDA!!!- fueron sus ultimas palabras antes de terminar enterrado y ahogado bajo tierra, quedando atrapado entre las raices del arbol, aun vivo y sufriendo de una manera orrible, a la cual ninguna tortura se le asemeja... Fin.

Archivos RIPP - Manuel Adrianza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora