XVII

14 1 0
                                    

Cuando te fuiste.

Cuando te fuiste,
ya nada tenía sentido,
de mi vida la razón había perdido
y ya nunca más me quisiste.

Recordando todo cuanto me hiciste,
y cuestionando si de algo había servido
el, de corazón, haberte escogido,
el que, sin pudor, después partiste.

Ya no vistes más ni un galón
en esa enfundada chaqueta
que, para ti, tejí con paciencia,

y, con la bravura de un león,
tu recuerdo guardé en la maleta.
Es tiempo de apagar mi conciencia.

Definitivamente noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora