16. Mentiroso, mentiroso

220 23 4
                                    

Cuando una pareja comienza a salir y hacen oficial su relación, siempre esperan de que el resto se alegre por ellos o que por lo menos finjan estarlo, en esta ocasión, a Bob le tocó llevar este último papel cuando se enteró a manos de su hermanito que había comenzado una relación de pareja con aquél pelirrojo, y la furia que sentía por aquél chico aumento. Que hiciera bromas acerca de que eran novios, por su cercanía o por como se defendían mutuamente, no significaba que deseaba que al final si lo terminarán siendo.

No es que Norman no le agradará, se llevaban estupendo apesar de sus contantes peleas, solo es que, había algo en su persona que le era desagradable, y esa venía siendo la razón principal por la que no quería que esos dos salieran. Tampoco hay que ignorar lo que ya claro estaba, y es que el pelirrojo era engañoso, un estafador, demaciado oportunista para su gusto, además, nunca se sabe si en verdad estaba diciendo lo que parecía estar diciendo, era un mentiroso por naturaleza ese desgraciado, y no quería a alguien como él junto a su hermano, ellos también mienten eso claro está, pero al menos mostraban arrepentimiento después de hacerlo o lo decían, pero, no Norman, ese desgraciado nunca mostraba una mínima muestra de arrepentimiento e incluso parecía gozarlo. Para Bo aquél chico era un desgraciado sin remedió que no hacía más que aprovecharse de ellos y de su pobre hermano, que iluso se había enamorado de algo que no era verdadero, tan solo se había enamorado de uno de los tantos personajes que aquel chico interpretaba.

Intento razonar con su hermano acerca de esto, pero cada que sacaba el tema a relucir este hacía oídos sordos y ya no había caso. No le quedaba con quién más hablar a excepción de Vincent, quién parecía ser el único que también se había dado cuenta de la falsedad tan característica de Norman, y necesitaban con urgencia separar a ese joven de su hermano.

-Si no fuera por Lester, ya hubiera matado desde el primer día a ese crío-exclamaba, hecho humos-es como un grano en el culo.

Sin respuesta, pero ese silencio lo ayudaba a reflexionar y pensar en alguna idea para sacar a ese muchacho de sus vidas, ya lo había dicho con anterioridad, pero lo vuelvo a mencionar, de no ser por que Lester apareció justo cuando estaba a nada de matar a ese tomate, nada, repito, nada de esto estaría pasando y de seguro aún seguirían viviendo allá en Ambrose y no a las afueras de New York, junto a la carretera, si, seguían asesinando, pero no con la misma libertad de antes.

- ¿Y si lo confronto? -dice, pero descarta la idea al instante-No tiene caso, él mentiría, nunca dejará de hacerlo.

-Mentiroso, mentiroso-dice en voz baja el enmascarado, siendo apenas escuchado por su hermano, quien voltea a verlo.

-Tienes razón Vin-concuerda sonriente-, Mentiroso, mentiroso como esa película de Jim Carrey. Solo que sin la carisma y pelirrojo, uhg, ahora detesto esa jodida película.

Las quejas del mayor de los Sinclair fue callada por la música del género pop que tanto le gustaba escuchar al muchacho, a veces llegaba a pensar que lo hacía a propósito eso de poner música chillona y ruidosa, prefería cualquier otro género que el lírico. Ya hasta había aprendido a diferenciar de que cantante se trataba en esta ocasión, y si, podía asegurar ante todos los dioses que la dueña de esa melodiosa y hermosa voz se trataba de la reina del pop. Exacto. Estoy hablando de Maddona, y de todos los cantantes de pop, esa era la que menos le desagradaba, había algo en sus canciones que lo libraba su cuerpo de todas esas malas vibras, lo relajaba y por un momento esa furia que sentía por culpa del muchacho se iba momentáneamente, o al menos así es antes de que la canción terminará y la furia junto al resentimiento regresaban con más fuerza que antes.

Agradecido con el de arriba por tener aún que fuera por un momento algo de paz para que la furia se disipe, esto era lo único bueno de esas canciones, de no ser por ellas quizá en estos momentos en lugar de estar recargado pacíficamente contra la pared, probablemente estaría ahorcando aquél chico que lo sacaba de quicio- ¿Que hacen aquí encerrados?

Sobresalta levemente cuando la puerta es abierta repentinamente, asomando así su cabeza- ¡Toca la puerta antes de entrar animal! ¡Por poco y no se me va el alma del cuerpo por tu culpa!

-Lo siento-se disculpa el rubio-lo que sucede, es que Norman dice que la cena ya está lista.

-Uy no gracias, prefiero vivir-dice, sacando una leve risa del enmascarado.

- ¿De que hablas?

-La última vez termine con una intoxicación de la que apenas me recupere-declara, a lo que el enmascarado asiente confirmando lo dicho.

- ¿De que mierda hablas? -dice ya harto-Si Norman es un gran cocinero, cocina deliciosos platillos.

-De verán deliciosos pero, saben a pura mierda.

-El burro hablando de orejas-bufa, dándose la vuelta, retirándose así de la habitación, dejado mudo a aquél que hablaba hasta por los codos, muy extraño a decir verdad.

En silencio se fueron a sentar a comer, todos se mostraban un poco mucho irritables por el mismo, todos a excepción de uno. Los hermanos antes siameses no le habían quitado la mirada de encima a ese joven, quien con una sonrisa en labios disfrutaba de su comida, algo que ellos no podían hacer por más que quisieran, sabían que existía un odio mutuo, y q diferencia de ellos que apenas lo demostraban, Norman lo hacía a su manera a la hora de la cocina, siempre les daba los peores platillos los más repulsivos, cancerígenos, asquerosos, malolientes y repugnantes que puedan existir, comer aquello se sentía que era como algo ya hechado a perder, pero no había más opción, Lester no les creía y no tenían nada más que comer que eso, y es que ese chico siempre hacia lo justo y necesario, nunca sobra comida, y si sucedía el chico siempre terminaba dando las sobras al perro o al gato.

Y esa sonrisa tan llena de superioridad y esa mirada maliciosa era un claro ejemplo de como ese joven disfrutaba de sus desgracias.

Por Dios, Lester, ¿No pudiste enamorarte de alguien más amable? Se quejaba mentalmente Bo, que al igual que Vincent se habían dado cuenta de la mierda de ser humano que era aquél chico del que su hermanito se había enamorado, y que a pesar de que intenten razonar con su hermano, ya era demaciado tarde, por que Lester ya había caído rendido ante los pies de aquel pelirrojo.



























[NOTA DEL AUTOR]

Nunca nada se verá de la misma forma a través de otros ojos, y es que nunca nada es de color rosa. Teniendo así que avisar, que está historia esa llegando a su fin, y sin nada más que decir, besito, besito, chau, chau 💕💕

Mentiroso, mentiroso ᴸᵉˢᵗᵉʳ ˢⁱⁿᶜˡᵃⁱʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora