Kamui Blues

Extra 11: Pov sakura conversa con obito

"Obito", dijo Sakura desde el exterior de los barrotes de la celda.

Estaba nerviosa, siempre se sentía incómoda con él, y no era diferente cuando él estaba ciego y en prisión. Pero ella había querido hacerle esta pregunta por un tiempo, y no rehuyó la incomodidad.

"Sakura," la saludó neutralmente. Estaba sentado en la mesita de su celda, comiendo albóndigas que Kakashi-sensei le había traído. Lo sabía porque había observado las puertas de la prisión desde un árbol cercano hasta que Kakashi se fue, sintiéndose ligeramente ridícula por el subterfugio. Pero ella no quería que Kakashi estuviera presente en esta conversación.

"Amas a Kakashi-sensei", comenzó.

Él asintió y esperó.

Lo había visto en Turtle Island, cómo todo en él estaba orientado hacia Kakashi. El dolor y la pena de Kakashi hicieron que Obito doliera el doble, aunque ocultó esto de Kakashi, solo le mostró cuidado, protección y estabilidad. La recuperación de Kakashi lo había hecho brillar de felicidad y alivio. El afecto de Kakashi lo dejó asombrado, suave, como si todavía no pudiera creer que fuera posible.

En ese momento, ella lo había odiado. ¿Cómo se atreve a decir que está de su lado después de sus crímenes contra Konoha, contra Naruto? ¿Cómo se atrevía a pensar en darles orientación para ganar la guerra cuando él había planeado la guerra? ¿Cómo se atrevía a ser capaz de amar a alguien cuando la persona que ella había amado no podía arreglarse, no podía sanar? No podría amar a cambio. (Hasta que pudo, por supuesto, y ella no le envidió a Naruto su amor).

"Pero no me culpes por lo que le hice", dijo. "¿Por qué?"

Kakashi-sensei y Naruto nunca la habían culpado. Pero ambos se preocupaban por ella y eran buenas personas, por lo que, por muy equivocado que fuera, su aceptación tenía sentido.

¿Cómo podría Obito, que amaba a Kakashi más que a nadie, y que había odiado tanto, no tener esto en contra de ella?

(Alguien debería odiarla al menos tanto como ella se odiaba a sí misma).

Inclinó la cabeza, pensando.

"Podría haberlo hecho", dijo finalmente. "Obviamente, no soy un santo. Pero lo encontré a salvo antes de saber lo que habías hecho. Él no murió por tu culpa.

A pesar de que no podía verla, debió haber adivinado que ella se estremeció por su silencio.

"Él murió por mi culpa, ya sabes", dijo Obito, con una leve sonrisa. "Asi que, entiendo. Conozco la culpa. Sé lo terrible que es su perdón. Y sé lo indigno que te sientes. Estos sentimientos no se han ido para mí. Dudo que lo hagan por ti.

Se permitió apoyar la cabeza contra los barrotes de la celda y exhaló un poco de su tensión. Había un extraño consuelo en las palabras de Obito. En que alguien la entienda.

"¿Qué ayuda?" ella le preguntó suavemente.

Se encogió de hombros. "No estoy seguro de lo que funcionará para ti. Pero para mí, siempre ha sido él. Necesitaba que aceptara su perdón, así que lo hice. Quería que me recordara a mí mismo, que supiera lo que significaba lastimar a otras personas, así que lo recordé. Y quería que me recuperara de lo que ese conocimiento me hizo, así que lo intenté. Siempre voy a poner lo que él quiere por encima de todo lo demás en la vida".

Érase una vez, ella había amado a Sasuke así. Ella había querido hacer cualquier cosa para que él fuera feliz.

Pero no podía usar esa estrategia ahora, y no quería hacerlo. No quería estar atada a una persona como lo estaba Obito con Kakashi-sensei. No por mucho tiempo, al menos.

Se apartó de los barrotes; se puso más derecho.

Estuvo bien. Ella llegaría a un acuerdo con sus acciones. Ella encontraría su propio camino.

(Ella aceptaría más abrazos de Naruto, al menos. Eso fue un comienzo)

"Gracias, Obito", le dijo. "Me alegro de que Sensei te tenga".

Se dio la vuelta para irse, y Obito resopló. "¿Eso es todo? Pensé que me ibas a dar una especie de charla de pala de Sensei".

"Creo que ambos sabemos lo que haré si alguna vez intentas lastimarlo, a Naruto o a Konoha nuevamente", dijo de inmediato. "Una vez que estés fuera de aquí, te vigilaré, Obito. Creo que has cambiado ahora, que no volverás a intentarlo, pero te mantendré bajo control por si acaso.

Él sonrió ampliamente ante eso, y ella se dio cuenta de que tenía razón. Se entendían. Esta extraña conexión, creada por las consecuencias de sus horribles decisiones de las mejores intenciones.

"Bueno." Levantó un hombro. "Si quieres, puedo hacer lo mismo por ti".

Eso también fue un alivio.

"Bien", repitió ella, y lo dejó con su comida.