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La cafetería, por alguna razón, se encontraba cerrada ese día

Las personas que iban a comprar café o alguna que otra cosa, les extraño ese hecho, debería haber una nota o algo del porque estaría cerrado, era raro que estuviera así.

Pero nadie se cuestionó, sería otro día el cual comprarían.






Y eso llegó a ser lo malo, el por qué nadie llegó a preguntarse que pasó con Purpled.


Vestido de aquel traje que alguna vez detesto tanto, tuvo que hacer un trabajo el cuál se suponía que había dejado.

Pero una cosa era que todos sus pecados le cobrarían caro.

Y llegó a la conclusión de que no debió confiarse de absolutamente nada. No confío en nadie, si no en la situación.

Un llamado, un pedido

Necesito que vengas, ¡ven elegante!

La voz era de alguien masculino, sonaba tan asfixiante para Purpled. Que cuando tuvo que ponerse la corbata, Purpled casi se sentía ahogado por esos ropajes.

Las manchas que nunca pudo quitar, eran de un verde oscuro ya seco. No logró quitarlas, ni con los químicos más fuertes lo logró. Y tenía que lidiar con eso, se suponía que sería rápido, a Purpled no le gustaban las reuniones, y esto llegaba a darle mala espina, demasiada.

Busco su armamento, armas y armaduras si era necesario. Pociones ya que no dudaba en que las necesitaría.

Salió de su base, y se dirigió al lugar donde fue llamado, deseando que esto fuera lo más rápido posible.

Purpled's Coffee ShopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora