Mil maneras de hablar de ti.

Voy a sostenerte, no importa qué...

Mei: Frío, helado, sin amor, simplemente desierto... así me sentía en ese momento. El vacío que sentí cuando me dijeron que ella iba a morir, no puedo compararlo con nada. 

Akira: ¿Qué hizo después de eso señora Aihara?

Mei: ya te he pedido que me digas Mei, deja las formalidades, Yuzu las odiaba. 

Akira: Me disculpo por eso, pero me interesa conocer más de su historia.

Mei: solo puedo decirte que ese era el inicio del fin. Yuzu llegó a un punto muy vulnerable. Podía ver y contar cada una de sus costillas, no podía dormir por que su cáncer llegó incluso a su cerebro en la etapa terminal. No podía con ella misma, necesitaba ayuda en todo momento y aún así... -Para este punto, las lagrimas de Mei ya corrían por su rostro sin ningún tipo de vergüenza- Aún así Yuzu nunca dejó de sonreírme, aún con todos sus huesos y su cerebro consumiéndose, no dejó de repetirme que era lo mejor que había tenido en toda su vida...

NARRA MEI

Después de la noticia que nos dio el médico a la madre de Yuzu y a mi, me quedé mirando algún punto del suelo. Yo lo sabía, sabía que Yuzu iba a irse en cualquier momento, pero tenía esperanza, tenía fe en que alguna especie de milagro iba a pasarnos, que podríamos llegar juntas hasta ancianas y poder hacer todas las cosas locas que tenía en aquella lista de deseos antes de morir. Quería más tiempo con ella, pero la vida es injusta y nos regaló pequeños destellos cortos en la eternidad. 

Ume: es difícil... saber que ella se irá. -Se acercó lentamente, no sentí sus pasos cerca, tampoco sentí la necesidad de alejarme cuando pasó su brazo por encima de mis hombros.- Yuzu... ella ha pasado por mucho, desde que supimos que tenía cáncer, lo intentó, nunca ha dejado de intentarlo, aún sabiendo que las ultimas peleas serían las más difíciles, no se ha rendido. 

Mei: -Asentí- Lo sé, ella sigue intentando correr aunque le cueste todo el aire en sus pulmones. 

Ume: siempre ha sido así -Dejó de abrazarme y se sentó a lado mío, ambas estábamos en el frío suelo del hospital, hablando de lo mucho que dolía saber que nuestra Yuzu iba a irse sin nosotras, que iba a dejarnos por aquí, sin  ella.- Cuando su padre murió y nos quedamos solas, ella maduró mucho más rápido que cualquier niña de 6 años, Yuzu tuvo que pasar la mayor parte del tiempo sola en casa. 

Mei: ¿Desde cuando supo que tenía cáncer?

Ume: Desde los 13 años, ella luchó mucho en aquel entonces. Perdió su cabello castaño, perdió las cejas, perdió muchísimo peso. Pero nunca borró su sonrisa, me juro que cuando tuviera un nuevo cabello iba a teñirlo, que dejaría todo lo que la ataba al cáncer y que seria una nueva Yuzu... -Sus ojos comenzaron a inundarse y supe que probablemente yo estaría en la misma situación que ella.- Ella me demostró la fuerza que podíamos tener a los 13 años y ahora con 17 sigue haciéndolo. Me hubiera encantado estar con ella más días, llevarla al instituto y que tuviera una vida normal, yo no quería a mi hija atada a un aparato que prácticamente la hace respirar y estar viva. 

Si... todo era muy injusto, para mi, para Yuzu, para la señora Okogi... Nunca había odiado tanto al destino como esta vez, por que Yuzu merecía más tardes tranquilas y llenas de amor, por que Yuzu merecía un millón de besos más de los que pude darle. 

xx: Familiares de Okogi... Okogi Yuzu. 

Me levanté y su madre hizo lo mismo, ella soltó un débil ¨soy su mamá¨y la enfermera se acercó rápidamente con nosotras. 

xx: Ella puede recibir visitas, tendrán un corto tiempo, pero podrán volver, cuando haya pasado un poco el efecto de la medicina. 

Mei: ¿Ella está consciente? -Pregunté, necesitaba ver sus ojos, necesitaba escuchar su voz.-

xx: lo está, pero debo decirles que también está muy exhausta, el drenar el líquido de sus pulmones es una actividad muy desgastante para ella, así que les pido ser consideradas con la paciente.

Ume: vé primero -me dió un ligero impulso en dirección a la enfermera.- Sé que ella también quiere verte. 

Asentí, no quería perder más tiempo y dejé que la enfermera me guiará. Me colocó ropa especial para poder entrar al cuarto de Yuzu, me indicó el número y cuando estuve frente a su puerta, solté todo el aire que estaba reteniendo ¿Estaba lista para enfrentarme a lo que había detrás de la puerta? por supuesto que no, pero era Yuzu y por ella derrumbaría castillos enteros. Entré y lo primero que ví fué su cabello regado por la almohada, sus ojos estaban cerrados y seguía teniendo su respirador. Tomé sus manos, su calidez no había cambiado, aún llena de aparatos y sondas en ellas, entonces entendí que Yuzu siempre seria Yuzu, aún después de la muerte, ella no iba a cambiar y yo iba a recordarla exactamente como ella era.

Su cabeza se movió ligeramente al sentir mi tacto y entonces abrió los ojos. ¿Haz sentido esa sensación de seguridad? Esa sensación que te indica que todo estará bien, que no hay nada malo entorno a ti, así me sentía cada vez que miraba los orbes verdes de Yuzu, segura, sin miedo, sin tener miedo a equivocarme. Todo con solo una pequeña mirada...

Yuzu: M-Me-ei

Mei: No te esfuerces, estoy aquí contigo, no voy a dejarte...

Y besé su frente, ella volvió a cerrar los ojos y tomó mi mano con la poca fuerza que tenía.

Mei: no voy a dejarte Okogi, te prometo no soltarte jamás...

Una promesa que llevaría conmigo el resto de mi vida, por que Yuzu no sería momentánea para  mi vida, ella se quedaría conmigo hasta el día que la vida decida llevarme con ella.

CONTINUARÁ...

¿Hay alguien aquí con vida? xd  Primero, una disculpa por tantas demoras en la historia, sinceramente hay días en los que tengo muchas ideas, pero al intentar escribir, simplemente mi cabeza no da para más. Gracias a aquellas personas que se quedaron y siguen pendientes de la actualización de cualquiera de mis historias, los quiero y los leo siempre, aunque no responda :3

Gracias por todo, cuídense mucho y por favor no se vayan :"v  también disculpen las faltas ortográficas, de verdad que me esfuerzo por hacer lo mejor posible para ustedes. 

SAYONARA :3