Estaba sentado descansando de otro improductivo interrogatorio. Había pasado mucho tiempo sin realizarlos personalmente, mucho tiempo sin hacer cosas como las que había hecho hoy.
Contemplaba la vista de la ciudad desde el enorme cristal que hacía de pared en la habitación en la que me encontraba, desde los anillos de apartamentos más altos la Fosa casi parecía hermosa. Era un inmenso recinto ovalado con paredes totalmente cubiertas de apartamentos cuyos cristales oscuros reflejaban la luz de miles de lámparas, dando la impresión de vivir rodeados por cascadas de plomo salvo por algún aviso o anuncio holográfico, y de momento nada se me antojaba más que perderme con mis pensamientos en esas aparentemente ondulantes superficies grises.
Las cosas estaban empeorando allá afuera.
En el centro se erguían pequeños edificios administrados por los Regentes y las imponentes torres negras de los Maestros, donde habitaban los vampiros a cargo del sector XI y donde se encontraban las únicas entradas a los otros sectores de Utopium. Una visión impresionante así como todo lo referente a los inmortales.
--Señor, Hugo Saint-James acaba de ser entregado, lo estamos preparando para usted-- anunció Lu a mi espalda desde el umbral de la puerta, para luego añadir algo incómodo --y también está aquí la chica, Lara--
Tome un trago antes de responder, el olor dulzón de la bebida suprimía los desagradables olores con los que me vi rodeado durante este día.
Pero ¡que jodida e inoportuna sorpresa! La chica había vuelto «ojala y no venga a armar alboroto como la otra vez». Casi deseaba que Lara viniera solo a importunarme como sabía muy bien que le gustaba hacer porque si bien la chica lograba entretenerme con sus tonterías, no tenía ganas de explicar la situación en la que estábamos, ella era lista y aunque habíamos silenciado la mayoría de los rumores siempre podría escaparse alguno. Tardé un rato para responder. No lo demostraba, un Jefe no demuestra debilidad, pero lo cierto era que estaba cansado y por ello me encontraba ahora intentando relajarme.
«Sin embargo ahora que está aquí podría distraerme un rato»
--Tráela-- respondí al fin, aun con la vista perdida en el paisaje.
Otro trago, el licor dejo ardiente dejo fuego a su paso por mi garganta. Después de un rato escuche pasos a través de la puerta.
--Leo-- saludo la chica a mi espalda. Al pasar a mi lado noté que estaba más desaliñada e intranquila que de costumbre con su cabello negro revuelto en una maraña y la frente perlada en sudor a pesar del frio en la habitación.
--Adelante Lara, ven y siéntate a mi lado-- dije señalando el sillón a mi izquierda, ella hizo lo propio.
La habitación solo tenía dos sillones blancos al igual que las paredes, el resto de la decoración consistía en una mesa de vidrio azul y franjas de luz en las orillas del piso y del techo.
--Imagino que sabes porque vengo-- sonaba seria y ansiosa, algo casi imperceptible pero visible para un ojo acostumbrado a descifrar gente.
--Te equivocas, me evade tu propósito-- mentí con una voz que personificaba a la ignorancia. Y opte por fingir desinterés para sacarle todo poco a poco --debes hablar rápido, el sr Saint-James me espera--
--Ah, tranquilo. Ahorita mismo no está como para dar mucha conversa-- respondió ella dándome una sonrisa cómplice --así que relájate y escúchame--
--¿Otro inconsciente? Trabajas bien pero te das cuenta de que con eso me retrasas enormemente las cosas ¿cierto?... Comenzare a creer que lo haces solo para lucirte conmigo, si quieres un ascenso para tenerme cerca solo pídelo.

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UTOPIUM
VampirgeschichtenEl ataque de los Omegas todo cambio... Forzados a huir a las profundidades del mundo, atrapados y bajo el yugo de los inmortales, vampiros que una vez juraron proteger a los sobrevivientes de la humanidad, hemos vivido mas de mil años en nuestro re...