Tres

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JungKook miraba fijamente al pequeño Tiny sobre su pecho y este mantenía el contacto visual sin inmutarse

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JungKook miraba fijamente al pequeño Tiny sobre su pecho y este mantenía el contacto visual sin inmutarse.

¿No se suponía que estas criaturas eran dulces y tiernas?

Pues este no lo era tanto.

— Disculpe señor, entiendo que tiene que hablar con el pequeño, aún faltan algunos minutos para el aterrizaje, ¿le gustaría pasar a aquella cabina para que hablen en privado? Yo le llamare antes de dar las indicaciones de aterrizaje — la azafata miraba un tanto desconcertada al hombre pálido.

No parecían feliz de que el pequeño hubiera aparecido y eso era extraño. Cuando sabia que alguien de su círculo había sido bendecido por la visita de un Tiny Tan, la felicidad se desbordada, había tanta emoción en las personas que recibían aquella bendición que era un Tiny y una pareja destinada.

Aquí parecía ser el caso contrario.

— Si, claro. Gracias — JungKook se puso de pie y camino guiado por la azafata.

Tenía que hablar con el pequeño V cuanto antes.

Una vez encerrados en el pequeño cubículo, acomodo al pequeño en una repisa que había en la pared y lo miro.

— Pareces un conejito malhumorado — comentó V sentándose sobre la repisa que lo sostenía y comenzando a hacer estiramientos.

— ¿Sabes que edad tengo? — pregunto el pálido.

V se puso de pie y extendió su mano. JungKook lo miro sin entender.

— Dame tu mano por favor — pidió V con seriedad.

El humano extendió su mano y miro como V comenzaba a ver y tocar cada línea que había en ella. Le ayudó cuando noto que este trataba de moverla y dejo que pasara sus pequeñas manos sobre su piel aún cuando el tacto le causaba cosquillas.

— ¡Listo! Ahora se mucho sobre ti — aseguró V sentándose de nuevo llevando su cuerpo hacia atrás y apoyándose con sus manitas.

— ¿Qué sabes?

— Mucho, como por ejemplo, que no estas feliz con mi llegada — V hizo un puchero, pero se negó a dejar que sus lagrimitas salieran de sus ojos.

— Estoy asustado de tenerte aquí.

— ¡Yo no soy feo para que te asustes! — grito el pequeño.

— Lo sé, eres una monada. Supongo que mi destinado es tan hermoso como tu.

— Nop, nadie es tan hermoso como yo.

— Espero que él no sea soberbio ni narcisista.

— ¿Por qué te asusta tenerme? — pregunto el pequeño acomodase para sentarse al estilo indio.

— Creí que sabías mucho sobre mi ahora.

— Lo sé, pero siempre es mejor escucharte decirlo.

JungKook no sabía si hablar de ello, nunca lo había hablado con nadie y la verdad es que resultaba incómodo y doloroso. Pero el pequeño tenía derecho a saberlo.

Tiny Tan ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora