En un mundo donde todo es posible, la existencia de seres mágicos no es una novedad.
La novedad es que algunos aparezcan frente a los humanos, como lo son los Tiny Tan.
Los Tiny Tan son criaturas que nacen de la magia del amor verdadero, cuando el c...
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Suga y Jinnie cuidaban a JK en su jardín, el Tiny pálido había saltado de emoción cuando estos le habían ofrecido darle un recorrido en el lugar. Tenía poco tiempo en el mundo humano y solo conocía las cosas a través de los ojos de su humano, por lo que era una buena idea hacer un recorrido con los otros dos.
O eso parecía.
Sus piernas pequeñitas hacían muy difícil él avanzar entre la hierba, pequeñas piedrecitas se habían vuelto un gran obstáculo para cruzar y el pasto les dificultaba la movilidad, más de una vez había caído de rodillas al no poder avanzar correctamente, pero Suga y Jinnie lo auxiliaban al instante.
Por lo que los rasguños no le dolían ni un poquito.
— ¡Woah! ¡Es hermosa! — grito el pequeño JK cuando una mariposa de considerable tamaño se pasaba frente a ellos.
Los Tiny's no eran ignorantes de las criaturas del mundo humano, pero difícilmente conocían alguna sus primeros días en este nuevo mundo.
— Son bellísimas, mira, toma — Suga tenía sobre ambas manitas una catarina, el pequeño bichito rojo con puntitos negros no se notaba inquieto sino todo lo contrario, estaba muy relajado entre las manos de los pequeños. JK lo recibió y se acercó para sentir el aleteo del bicho sobre su rostro. Sintió cosquillitas.
JK estiró sus manitas cuando la catarina emprendió el vuelo, al pequeño le gusto ver aquella libertad del bichito. Un calorcito agradable comenzó a crecer en su pecho, los pequeños le transmitían mucha calidez.
— ¡Soy feliz de estar aquí!
— ¡Somos felices de que estés aquí! — grito el par al unísono mientras abrazaba al pequeño, uno de cada lado.
Entonces lo sintieron.
Aquel calorcito agradable que crecía en el interior de JK no era cualquier cosa...
— ¡Está cerca! — grito Suga emocionado, comenzó a correr de un lado a otro sin saber qué hacer.
Para él y para Jinnie fue muy fácil su encuentro, a solo unos metros de distancia, pero no sabían qué hacer o como actuar ahora con su nuevo hermano y el otro que aún no conocían.
— ¡¿Qué hacemos?! — pregunto JK corriendo en dirección contraria a Suga.
— ¡No lo sé! — respondió el contrario.
— ¡Vayamos con Yoonie! — grito Jinnie después de ver como ambos compañeritos corrían hasta chocar entre ellos.
Jinnie trato de levantarlos al mismo tiempo y él también terminó en el piso con ellos debajo de su cuerpo. Mareados y confundidos, se pusieron de pie y corrieron todo lo que sus piernitas les permitían para llegar a su auto y dirigirse con los humanos.
Suga tomó el volante mientras JK tomaba lugar como copiloto, era un pequeño coche deportivo con solo dos asientos, por lo que Jinnie tuvo que subirse entre ambos pequeños, sentado sobre el maletero. Suga condujo a toda la velocidad que el pequeño transporte daba, sin mucha precaución ni cuidado, tirando a los pocos metros a Jinnie. El pequeño no tocó el suelo gracias a que JK reaccionó a tiempo, pero tampoco podía subirlo de lleno al autito, apenas si podía sostenerlo de no caer y eso le estaba costando todas sus fuerzas.
