CAPÍTULO 5

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Los parpados me pesaban, y amenazaban con cerrarse cada vez que parpadeaba. Tenía demasiado sueño, por lo que no paraba de bostezar. Momentos como este, eran cuando me arrepentía de haber dormido tarde. Y esta vez, no había sido por habérmela pasado leyendo.

Después de la plática con Karen, le prometí que me iría dormir. Sin embargo, no logre hacerlo. Así que me la pase mirando las estrellas, pensando en todo lo que Karen me dijo. Entonces, todos los recuerdos alegres como dolorosos, vinieron a mi mente impidiéndome dormir. Ahora, ya nada de eso importaba. Lo único que importaba, era mantenerme despierta en la clase de química.

Química, no era una asignatura que me disgustara del todo. Lo que no me gustaba, era la profesora que la impartía. Casualmente, la profesora de química (Emma Morrow), era la misma que tenía en California. Estaba segura, de que no le agradaba en lo absoluto. Y para ser honestas, ella tampoco me agradaba a mí. No sabía, porque ninguna de las dos nos agradábamos. Tal vez, era porque en California siempre se la pasaba regañándome, sin excusa alguna. No le agradaban las personas con las que me juntaba. Así que, cualquier persona que se unía a tal grupo de los populares, estaba firmando su sentencia de muerte con ella.

Aunque debo admitir, que es una excelente profesora. El único problema, es que le apasiona tanto la asignatura que explica todo demasiado rápido. Lo que me dificulta, que pueda retener algo en mi mente, o tan siquiera tomar apuntes. Ella siempre ha odiado que tomemos apuntes mientras explica. Eso era un problema para mí, porque casi todo se me olvidaba al segundo que lo decían. Era imposible acordarme.

Y era más agotador cuando en California, tenía toda la maldita semana dos horas de clase con ella. Era bastante tedioso. Afortunadamente, aquí la clase solo es un día de dos horas.

- ¡Evans! -me llamo, causando que mis ojos se abrieran al instante, y así, dejara de apoyar mi mejilla sobre la palma de mi mano. -¿Podría decirme que fue lo que acabe de explicar?

¡Mierda! No sabía que responder. Ni siquiera, sabía cuál era el tema central. En la pizarra, solo había demasiadas cosas apuntadas que no entendía. Entonces, él chico que estaba a mi lado, hizo un sonido para llamar mi atención. Lo miré rápidamente de reojo, por lo que no pude obsérvalo bien. Solo observé que su cabello era negro y tenía una sudadera de color vino. Sin embargo, fue el tiempo suficiente para poder leer sus labios que decían: "moléculas".

- Explico acerca de las moléculas -conteste nerviosa, regresando mi vista a la profesora.

La profesora Morrow, me miro detenidamente y después al pelinegro, el cual, solo se encogió de hombros. Esto provocó que la profesora, le lanzara una mirada fulminante. Después se dirigió a mi seria:

- Le recomiendo que no se duerma, o en su defecto, duérmase más temprano. -sugirió, aunque lo sentí como un regaño.

Asentí en forma de respuesta, y ella se giró de nuevo a la pizarra mientras explicaba. Al menos, no me había sacado del aula, como es su costumbre. Me giré al chico, y le dije con los labios: "Gracias". Él me sonrió, en forma de respuesta.

Esta vez, pude observar mejor al pelinegro. Era de tez blanca, tenía cejas pobladas y ojos un poco rasgados de color castaño. Tal vez, tenía descendencia asiática porque sin duda, se le notaba por la forma de sus ojos. Debo admitir, que estoy agradecida con el chico por haberme ayudado con la profesora Morrow. Así que, hasta cierto punto, me agrada. Pero principalmente, me agrada porque había desafiado a Morrow encogiéndose de hombros. Al parecer no le temía a nada, si no, no se hubiera atrevido a desafiarla. O tal vez, era muy confiado y despreocupado, por lo que no sabía a lo que se acababa de meter.

Con el regaño de la profesora Morrow, el sueño se me había ido. No me quedaba otra más que poner atención a su clase. Aunque era tan aburrida, que no dudaba en que pronto volvería a tener sueño.

Sparks © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora