Mis párpados amenazaban con cerrarse en cualquier momento, ya que la clase de ética me estaba matando de aburrimiento. La voz de la profesora Lexi, me taladraba demasiado la cabeza, que me daban ganas de ponerle cinta en la boca para que se callara. Cada cinco minutos, miraba el reloj de mi muñeca para contar los minutos que faltaban, para que la clase terminará pronto. Los minutos, nunca se me habían hecho tan largos como lo eran, en este mismo instante.
A decir verdad, no me sentía mal por bostezar en frente de Lexi sin disimuló alguno, pues no era la única que lo hacía. Literalmente, todo el aula estaba aburrido de escuchar el mismo tema de hace una semana, ¿acaso no tenía otro tema? Incluso si hablara de su vida personal, sería más entretenido qué esto. ¡DIOS, YA ME QUIERO IR..!
Mire a Louis, quien estaba sentado a mi lado, profundamente dormido. Tiene la cabeza descansando sobre su brazo izquierdo, mientras que el otro brazo esta ligueramente extendido sobre su libreta la cual, se encuentra en blanco. En su mano derecha, sostiene débilmente un bolígrafo de color azul. De todos los cínicos del aula, él era el peor; pues se había quedado dormido desde que entro al aula, sin importarle en lo más mínimo que fuera descubierto.
A decir verdad, lo notaba exhausto; pues traía una ojeras que lo hacían parecer a un oso panda. Incluso, llego a roncar en varias ocasiones, y me vi en la necesidad de participar en la clase, para disimular un poco sus ronquidos. Cabe recalcar, qué también estaba babeando, por lo que ya eran bastantes indicios, de que verdaderamente estaba cansado. Espero que se haya desvelado por una tarea sino, definitivamente no lo vale...
Finalmente, el timbre sonó, dando por concluida la jornada de clases, ¡POR FIN...! Todos salieron del aula, pues nadie quería seguir ni un minuto más en el instituto; incluida la profesora Lexi. Me levante de mi lugar, mientras sacaba un pañuelo desechable de mi mochila. Me acerque hacia Louis, e inevitablemente decidí admirarlo durante unos instantes, antes de despertarlo. Su respiración era lenta, sus labios estaban entreabiertos y tenia algunos pequeños mechones de su cabello sobre la cara. Decidí apartárselos, para dejar al descubierto la expresión tranquila que emanaba su rostro. Aun dormido, sigue luciendo perfectamente atractivo...
Sacudo su hombro con suavidad para despertarlo. Sin embargo, Louis dio un pequeño brincó del susto, provocando que se despertará de golpe. Inmediatamente, levanto su cabeza de su brazo, mientras sus hermosos ojos mostraban confusion.
"¿Hermosos ojos? ¿Por qué dije eso? Sin duda alguna estoy loca"
- ¿Qué paso? —preguntó, alterado.
- Tranquilo, la clase ya termino—informé, tocando su hombro —Te quedaste dormido.
Se frotó los ojos, mientras se estiraba y bostezaba a la vez. Cuando terminó, me acerque a su rostro, para limpiarle la saliva que le escurría en la mejilla izquierda.
- Es increíble, lo mucho que puedes llegar a salivar —bromeé.
Louis se rio, mientras mostraba sus hermosos hoyuelos.
- Cuando beso, te aseguro que no es así —aclaró.
Levanté una ceja, mientras soltaba una risita nerviosa:
- ¿Gracias?... por el comentario innecesario.
Tomé otro pañuelo de mi mochila, para terminar de limpiar su suave y delicado rostro. Louis sonreía, mientras me miraba penetrante, provocando que no pudiera sostenerle la mirada, de lo nerviosa que me ponía. Decidí hacer caso omiso de la situación, y me concentre en su mejilla, mientras que él, marcaba aún mas sus hoyuelos, sin motivo alguno.
Últimamente, ya no podía sostenerle la mirada cada vez que me miraba así; aunque aún no entendía muy bien el por qué. Solo sabía que al mirar sus ojos, destellaban un hermoso brillo. Observarlos era como ver un atardecer, pues la luz que reflejaban sus ojos era suave y brillante a la vez, sin opacar la hermosura del color avellana en su mirada.
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Sparks © #1
Teen FictionLuego de vivir dos dolorosos años en California, Sarah ha regresado a Austin su ciudad natal, con la intención de volver a sentirse en casa en su último año de preparatoria. También, ha regresado con el propósito de olvidar para siempre a Kyle, el c...