Apuestas, alcohol, drogas, música ensordecedora, cuerpos moviéndose y chocando entre sí, autos lujosos esperando ser conducidos, llevados con el acelerador pisado hasta el fondo y motores que alcanzan una potencia inigualable. Todo esto, solo era parte de la escena que se observaba, en una carrera clandestina. La música que se escuchaba no era mi favorita, pero era la ideal para este tipo de eventos; así que en cierto modo, trataba de acostumbrarme a ella. Además, la sensación que transmitía era demasiado buena. Cabe recalcar, que disfrutaba demasiado cuando ponían canciones de Daddy Yankee, Pitbull o Sean Paul. Eran los únicos artistas respetables qué tenían en su playlist. Sin embargo, por mucho que disfrutará la música, la gente estaba comenzando a volverme loca. Aquí había varias personas del instituto y también, gente que se veía de cuidado.
- ¡Te dije que estaban de huevos estas carreras! -gritó Savannah, mientras nos abríamos paso entre la gente.
- ¡Aun no le veo lo divertido! -confesé, cuando la gente comenzó a empujarme, impidiéndome el paso.
- ¡Vamos con Asher! -avisó, por lo alto de la música -¡Debe estar preparándose para correr! -informó.
Por supuesto, era demasiado obvio que Asher iba a correr. Durante todo el camino, Savannah me había estado presumiendo sobre las multiples carreras que Asher, había ganado. Me pregunto que coche conducirá, o si por lo menos, sabía conducir tan bien como para ganar una carrera.
Una vez que salimos del ajetreo de tanta gente, nos dirigimos hacia la fila de autos, que estaban cerca de la línea de salida. Mientras caminábamos, a lo lejos pude observar a mi auto favorito estacionado, deslumbrando cual rubí, con su espectacular y radiante color rojo. ¡Dios! No puedo creer que este viendo, a tan solo unos metros un "Ferrari f12 berlinetta". ¡Me muero de ganas por estar cerca de el! Literalmente era una belleza de auto, que resaltaba aun más con ese magnifico color tan intenso. Debo admitirlo, siempre he tenido una debilidad hacía los coches que son de color rojo, azul o negro. Espero, que aquel magnifico coche sea de algunos de los del grupo. Solamente, así lograría verlo de cerca. Pero sino, solo me quedara admirarlo desde lejos.
Cuando llegamos con el grupo, Savannah anunció su llegada, gritando por lo alto de la música:
- ¡Asher!, ¿Listo para la carrera?
- Siempre estoy listo -presumió, giñando el ojo por encima de sus gafas negras.
Puse los ojos en blanco ante su estúpido cometario, y me di la vuelta para acercarme a Martin y Ambrose, quienes estaban repartiendo vasos de whisky, ron y vodka. Literalmente, parecían una licorería.
- Dame un vaso de whisky, por favor -le pedí a Martin, amablemente.
- ¿En las rocas? -preguntó, mientras vertía un poco de la botella de whisky, sobre un vaso rojo.
- Sí -asentí, al mismo tiempo que Martin me entregaba el vaso, quién me sonreía burlonamente.
Con tanto ajetreo, comenzaba a darme sed. No tenía intenciones de embriagarme, pero tampoco me iba a quedar bebiendo agua. Esta noche tenia que divertirme y relajarme, responsablemente. Bailar nunca ha sido mi fuerte cuando estoy sobria, pero cuando tenía algunos tragos encima, podía ser la mejor.
- No bebas demasiado, ¿si? -ordeno amablemente.
- Y tu, no vayas a besarte con cualquiera ¿vale? -levante una ceja, burlándome.
Martin era muy atractivo, y sabía que no iba perder la oportunidad de besarse con unos cuantos chicos o chicas, que pretendieran acercársele. Si tan solo supiera, que ya tiene a un pelinegro rendido a sus pies, aguardando por él... Me preguntó como habrá salido todo en aquella fiesta. ¿Se lo habrá ligado Alex?
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Sparks © #1
Teen FictionLuego de vivir dos dolorosos años en California, Sarah ha regresado a Austin su ciudad natal, con la intención de volver a sentirse en casa en su último año de preparatoria. También, ha regresado con el propósito de olvidar para siempre a Kyle, el c...