Boulevard

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Todo sucedió un día normal de escuela, cuando luego de una fastidiosa clase de historia sonó la primera campana del recreo. Estando disfrutando de la merienda cuando se me acerca mi mejor amiga Carolina que tiene mi misma edad, pero es blanca, más delgada y tiene muchas menos tetas que yo. También podría decir que es hasta más bonita pero eso sí, es muuuuuy ingenua.

Nos pusimos a conversar y decidimos escaparnos de clases para ir al bulevar de la ciudad. Estábamos caminando, hablando y divirtiéndonos cuando nos dimos cuenta de que nos seguían dos chicos desconocidos que nos decían cualquier cantidad de piropos. Al principio nos asustamos pero al escuchar que los piropos no eran muy feos comenzamos a reír con complicidad hasta que viendo nuestra reacción decidieron acercarse.

Uno de ellos se veía como de 26 años, blanco, alto, con el pelo lacio y usando lentes oscuros, el otro era un moreno, más bajito pero más musculoso, con el cabello teñido de rojo y muchos tatuajes. La verdad eran muy guapos, parecían modelos y por sus ropas se notaba a lo lejos que eran turistas.

Tratamos de seguir caminando pero ambos con cámaras en mano nos decían más y más piropos tiernos, que si mamita vente, que si nena que bonita te ves, y otros. Estábamos riendo como dos tontas cuando pasamos todos por el frente de una tiendita en donde el moreno compró par de chupa chups y nos los regaló muy sonriente. Le di las gracias y entonces fue cuando el más alto nos dice:

—Que andan haciendo tan lindas colegialas en la calle....

—Paseando— les dice Carolina

—¿Y no tienen clase?

—No— contesto yo

—¿Andan solas?

—Sip. ¿Ustedes quiénes son?

—Yo me llamo Christopher y él Richard. ¿Y ustedes?

Carolina me miró con cara de susto, pero yo di un paso hacia delante y nos presenté.

—Ella es Carolina y yo soy Lucía.

—Mucho gusto princesas—dijo Richard.

—Que hermosas que están— continuó Christopher y sonriendo se metió la mano en un bolsillo del pantalón sacando dos billetes de dos dólares cada uno.

—...Les voy a dar 2 dólares a cada una si se abren la blusita y nos muestran ese par de cositas que esconden.... ¿Qué dicen?

—No no no—.dijo Carolina

—No sean malitas mis niñas, muestrennos esos tiernos pechitos ¿si?

Ya Carolina poniendo cara de brava los iba a insultar por la falta de respeto de aquel chico, pero yo sonriendo la detuve.

—¿Aquí en la calle?

—Si mi reina, rapidito, no las van a ver nadie

—¡Lucía!—me grita Carolina sorprendida

—Tranquila amiga, se los mostramos y ya

—Oye a tu amiga y anímate— dijo Christopher emocionado.

—Dos dólares es muy poquito, pero si me dan cinco si lo hago

Me quedé boquiabierta, quien se hubiera imaginado a la mojigata de mi amiga de negociante. Me dio sus cuadernos y su mochila y viendo que no venía nadie se fue desabrochando la blusa del uniforme del colegio y le mostró a ese par de hombres desconocidos sus tetitas pequeñas cubiertas por un sostén rosa de ositos. Me estaba riendo cuando Christopher me tocó la mejilla.

—Viste, tu amiga si se quiere ganar el dinero, ahora te toca a ti....

—Ahora no te puede dar miedo tonta— me dice Carolina y se levanta el sostén mostrándole los pequeños pezoncitos a ambos chicos.

Volví a reírme mientras miraba para todos lados a ver si no nos veían, tome el chupa chups que tenía en la boca y se lo pase a Carolina por una teta, nos reímos del jueguito y Richard me miró de arriba abajo.

—Aprende a tu amiga, mira que bonitas tiene las tetitas.....

—Anímate anda, yo te sostengo los cuadernos— Chris tomó mis cosas

—No sé, me da pena—y mire hacia lados haciéndome la falsa inocente— yo tengo los senos más grandes

—Mucho mejor. Anda, ábrete la blusita y nosotros te decimos si de verdad son mas grandes o no -

—Okey, ya voy

—Espera mi amor—dijo Christopher y en un instante nos tomaron a ambas de las manos para meternos en un edificio que tenía el portal abierto.

Carolina seguía con las teticas al aire y los dos se deleitaron cuando yo me abrí la blusa y me vieron mis grandes senos. A diferencia de mi amiga yo tenía puesto un sostén blanco de encaje que marcaba generosamente mis pezones. Richard me tomo una foto y me dijo sonriendo:

—Tienes unos pechos muy lindos

—Gracias—sonreí.

—Súbete el sostén—dijo Christopher otra vez desesperado.

Carolina en venganza se sacó el chupa chups de la boca y me lo pasó por el pezón de mi teta derecha entre risas.

—Ambas tienen las tetas bonitas—agradecimos al unísono— y tú tienes muy bonitos los pezones Lucía —y estiró su mano tocándome el pezoncito izquierdo

—Gracias Christopher, pero deja la manoseadera

En eso sentimos que abren la puerta del edificio, Carolina y yo nos bajamos el sostén y corrimos a la puerta abrochándonos las blusa mientras entre risas y nervios Christopher recogía nuestros útiles escolares para salir de ahí. Caminamos mientras nos reíamos de la travesura y nos daban nuestras cosas, al ver que ya teníamos arreglada nuestras camisas, Christopher nos da 5 dólares a cada una y luego pregunta:

—¿Y qué van a hacer mis niñas ahora?

—Vamos a seguir caminando

— ¿Por qué no vienen con nosotros a nuestro hotel, tomamos algo y hasta podemos duplicar ese dinero?

—Vamos pues—digo toda contenta pero Carolina me grita sorprendida.

—¡Lucía! ¡Tu estas loca!

— Cállate y camina — le digo agarrándola por un brazo

Y no tuvo más remedio que caminar asustada a mi lado mientras los chicos se apreciaban contentos, susurrando secretos en el oido.

—Lucía, tú estás loca... tengo miedo

—Tranquila, solo vamos a sacarle plata a estos hombres

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Si les gusta este relato y quieren leer el otro capítulo lo pueden encontrar en Elsey Relatos. Como ya saben el link está en mi perfil al final de mi descripción. 

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