Capítulo 4 "La borrachera"

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Valeria

Hoy es viernes el segundo del mes, y ha sido otro día de mierda, nada más llegar a clase nos pusieron un examen de inglés, el cual no había estudiado y no sabía nada. Lo único bueno que voy a sacar de hoy es la fiesta de Álvaro, donde espero no liarla. En anteriores fiestas bebí, pero solo en dos, se supone que Álvaro tiene catorce años y no tendría por qué tener alcohol, así que espero que no haya, aunque hoy en día cualquiera puede conseguir alcohol.

—¡Mama nos vamos a preparar para ir a la fiesta no entres en la habitación! —dice Lúa, mientras cierra la puerta.

—¿Qué te vas a poner? —me pregunta Lúa rebuscando en su armario.

—He traído dos vestidos —respondo sacando los dos vestidos de dentro de mi mochila —. Son muy parecidos, lo único que cambia es el color.

Uno es negro con algo de escote y corto, el otro era rojo un poco más largo y también con escote.

Lúa se asoma por detrás de la puerta del armario para ver los vestidos.

—Ponte el rojo, siempre llevas el color negro. Ahora ayúdame a mí, ¿Cuál me pongo?

Me enseña tres vestidos preciosos, uno es verde pastel, ancho en los hombros, apretado y corto, otro es azul fuerte bastante llamativo, también ancho en los hombros, es un poco más largo y apretado, y el último es morado berenjena, es apretado, de tiras y con una pequeña apertura en la parte baja del vestido.

—¿Y bien? ¿Cuál te gusta más?

—Los tres son muy bonitos, no sabría decirte.

—A ver, el verde ahora que lo pienso creo que no pega mucho para el estilo de fiesta ¿no?

—¿Y cuál es el estilo de fiesta?

—Pues nocturno.

—Bueno, entonces ¿Qué vestido te vas a poner?

— Yo creo que el morado ¿Qué piensas?

—Sí, es muy bonito, me lo tendrás que prestar —le digo con una sonrisa inocente en la cara.

— Ya veremos — Me devuelve la sonrisa.

Coge el vestido y con él en la mano se mete en el baño para cambiarse. A Lúa no le gusta nada que la vean en ropa interior o tan solo en bikini, es como si tuviera inseguridad, pero tampoco me gusta pensar que sería una inseguridad, prefiero pensar que sea una manía suya. Después de cinco minutos las dos ya estábamos cambiadas y preparándonos para irnos ya.

—¿Habrá alcohol? —Pregunto después de estarlo pensado todo el tiempo.

—Él es repetidor, se suele juntar con los de tu curso o un curso menos, me dijo que uno de tercero conocía a un chico que se ofrecía a comprar alcohol para que los menores puedan beber en sus fiestas. — Eso me deja en shock ¿Qué clase de loco haría eso? Es como dar veneno a menores. Sé que no soy la mejor para hablar sobre esto, pero me parece muy fuerte que alguien haga eso, si eres mayor y te gusta beber, bebe, pero no metas a más menores en esto, comprándoles la bebida.

—La gente está loca.

—Valeria, te recuerdo que tú te has emborrachado dos veces y tienes quince, eso también es de estar loca.

—Yo al menos te aparto de él.

—Tampoco quiero, no me llama nada eso de emborra...

— ¿De qué habláis chicas? —la madre de Lúa dice mientras asoma la cabeza por detrás de la puerta.

Mi mundo es la soledad// Trilogía imperfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora