¿que es lo que escondía la popular y famosa banda '¡poliamor!'?
que uno de los tres chicos pertenecientes entraba en Little Space, convirtiéndose en un nene de tres años, completamente mimado y berrinchudo.
⌗𓏲little space.
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°•travesuras con Dada•°
Que linda mañana que los novios estaban pasando.
Lástima que no duró mucho tiempo...
En cuanto los tres estaban desayunando. Jimin estaba en su sillita alta, moviendo su cabecita al ritmo de la canción que Taehyung tarareaba, mientras bebía su biberón. Jungkook tomando su cafecito con leche, a la vez que leía el periódico, y aunque sonara muy antiguo, amaba leer el periódico por las mañanas, escuchando los balbuceos de Mimi y los cantos de TaeTae. Taehyung estaba tomando su chocolatada, bailando junto su bebé, la canción que se reproducia en la radio, de color amarillo pastel, hasta que una llamada interrumpió el bonito ambiente que habían creado.
—Oh, lo siento, debo atender– se disculpó Kim, bajando el volumen de la radio, ganando un quejido por parte de Jimin, quien estaba muy contento porque 'Hey Tayo' empezaba a escucharse.
Jungkook acarició los cabellitos de Jimin, calmandolo al instante, ya que el intentaba escuchar un poco de la conversación que Taehyung estaba teniendo al celular.
—Bien, estaré allí en treinta minutos– suspiró Taehyung, para luego colgar y mirar a sus novios.
—¿Debes irte?– indagó Koo, haciendo un puchero con sus finos labios.
—Si...Tengo una nueva sesión de fotos.– sonrió levemente triste.—S-se que planeamos este día libre hace semanas, pe-pero sabes cómo es el trabajo de modelo— tartamudeaba, rascando su nuca. No quería que sus novios se enojen.
—Amor, no te preocupes, ve y haz tus fotos. Saldrás guapísimo. Los threelovers estarán muy contentos de verte.– cambio su puchero por una sonrisa y luego beso suavemente sus labios.
—Gracias, Koo– enredó sus dedos en su cabello largo y azabache.
Tae, luego de mimar un poco a su novio mayor, giró su vista hacia el pequeño bebito, que babeaba una galleta con chispas de chocolate.
—Bebé– le llamó, ganando su atención instantáneamente. Quiso reír al notar cómo le veía atento, pero sin dejar de mordisquear la galletita.—Debo irme por un ratito-
—¡Nuh!– lloriqueo interrumpiendo al castaño. Pataleo y se retorció en la sillita, intentando salir, para evitar que su papi se vaya.—¡Pa-papi!
—Si te portas bien, te traeré un peluche– odiaba intercambiar su ausencia por juguetes. No era sano.
Minnie no dejaría de llorar. Ni aunque le ofrezcan una cocinita de juguete. Bueno...Quizás ahí si... ¡Pero no viene al caso!
El castaño desabrochó a Mimi de su sillita y lo cargo. El pequeño no tardó en abrazarse a su cuello.
—Mimi– murmuró palmeando su pañalcito, por encima de su bermuda gris.—Mimi escúchame.
