Victoria

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Pasaron unos meses para lograr armar el plan que los ayudaría a deshacerse de Jin Guangshan. En ese tiempo Nie Huaisang fue a visitar a su mejor amiga a la secta Wen, debido a que su hermano tenía que estar constantemente presente para ayudar a Wen Ruohan. Pero el par de amigos también tenía sus propios planes, nadie sabía que planeaban esos dos, eso se descubriría en su momento.

-Wei-Shijie aún me sorprende que tengas esa mente tan ingeniosa, aunque eres como yo-

-Huaisang, las grandes mentes piensan igual, ya lo sabes-Ambos tenían la misma sonrisa zorruna, tan astutos y por tanto, tan grandes amigos.

-Lo sé Wei-Shijie, déjame el resto a mi-dijo con una sonrisa detrás de su abanico-tengo mis pequeños pajaritos en la secta Jin que podrían ser de ayuda-

-Huaisang, si quisieras gobernar el mundo, sin duda te ayudaría-Esos dos juntos, eran de tener-Voy a deshacerme del estúpido primo del pavo real, es hora de saldar cuentas pendientes-ssco un frasquito con un líquido transparente dentro de él y sonrió.

-Bien, yo me encargo de que esto llegue a ese desgraciado-Tomo el frasco y lo escondió entre sus mangas.

-No te preocupes, no será el único, el líder Yao es una molestia también, hay que matar a varios pájaros de un tiro-

-Bien, dame los necesarios y caerán de a poco sin sospechas-

-Son imbéciles, será fácil acabarlos-

-Por eso no habrá sospechas-Nie Huaisang se fue luego de unos minutos para mandar todo lo necesario a sus pajaritos

-Más me vale estar de su lado o nunca me la acabaría, sabe tanto de m, como yo de él-murmuro para si misma, Nie Huaisang era de temer, con razón Qinghe era tan estable, con el Nie haciendo de las suyas, la secta vivía bien y con relativa paz.

Ellos conocían perfectamente la mente de cada uno, por eso eran aliados y tenían una amistad tan especial y por eso mismo sabían como lidiar el uno con el otro. Wen Ruohan nunca llegaría a conocer como funcionaba la relación de esos dos y le daba un poco de celos, saber que había alguien que entendía mejor a su futura esposa.

Pero por suerte Nie Huaisang no estaba interesado en Wei Wuxian como mujer, sino como una gran amiga, una hermana y por eso se calmaba.

-Una tiene derecho a tener amigos-le sonrió-No te pongas tan celoso, cariño-le murmuro a su esposo-un hombre demasiado celoso no es muy atractivo para las damas-

-Lo lamento-la abrazo enterrando su cabeza en su cuello.

-Descuida, cariño, prepárate para el espectáculo, es hora de que las cabezas empiecen a rodar y Jin Guangshan será el primero y unos cuantos más por cuenta mía-

Estaba muy enamorado de esta mujer, sin duda era una mente maestra, solo alguien tan débil, le tendría miedo y esa era la mayoría de la población masculina, siempre buscando a mujeres más estúpidas y débiles que ellos, pero que idiotas, se perdían el placer de tener a una mujer tan astuta y fuerte a su lado. Sin duda el líder Wen disfrutaría consumar su matrimonio con la joven y tener a hijos tan astutos y poderosos como ella. El matrimonio se realizaría pronto, quería casarse lo más pronto posible y demostrarle al mundo que la chica sería solamente suya.

-Cariño, es hora de iniciar el espectáculo, sino me voy a fastidiar porque nuestra boda se esta atrasando-Wei Ying podía leer sus pensamientos-vamos-Wen Ruohan sonrió, la sonrisa era algo aterradora, pero no para Wei Ying, el mayor le extendió su brazo y ella lo sujeto.

-Vamos querida, el espectáculo no puede comenzar sin nosotros-

De a poco cada uno de los seguidores de Jin Guangshan fue cayendo con la ayuda de Nie Huaisang, Jin Guangshan sería el último, pero se estaba volviendo loco rápidamente y pronto llegaría su turno, no sabía cómo pero alguien estaba matando a personas dentro de su secta y también fuera de ella a los que eran sus aliados.

Fue en la Conferencia de Discusión que se hizo en su secta que su fin le llegaría. Todos los miembros de la sectas estaban reunidos y listos para saber que estaba pasando, para nadie era sorpresa que Jin Guangshan se veía mal, muy mal. Nie Huaisang sonrió detrás de su abanico, hora de vengarse. Algunos tenían miedo de lo que afectaba a la secta Jin los perjudicara a ellos.

-Es hora de comenzar-murmuro Wei Ying con una sonrisa ladina.

De un momento a otro Jin Guangshan comenzó a decaer, se notaba que alguien lo había hecho enloquecer, murmuraba cosas sin sentido.

-¿Que le está pasando?-pregunto Lan Qiren extrañado-¿Lo envenenaron?-

-¿Eso que importa?-espeto Nie Mingjue-ese tipo tiene tantos enemigos como estrellas en el cielo, así que era obvio que tarde o temprano la pagaría-Estaba disfrutando del espectáculo, los Nie cuando se vengan, son terribles.

La mayoría estaba seguro que algo le había pasado al líder Jin, ya que era conocido por ser un hombre demasiado promiscuo, de seguro alguna enfermedad le había dado.

-No ha cultivado cómo debería y solo se dedicó a las fiestas y a las prostitutas, era obvio que así terminaría-dijo Wen Ruohan cómo si nada.

Luego Lan Qiren lo razonó mejor, era cierto que este hombre no había cultivado cómo debía y eso solo lo dirigiría a estos problemas.

-Su estilo de vida desenfrenado la está pasando factura o alguien se está vengando-Jiang Fengmian no le tenía mucha pena que se dijera.

Considerando que antes el líder Jin quiso que Wei Wuxian se casará con Jin Zixun, ese tipo era un imbécil y Wei Wuxian le dio una golpiza cuando intento pasarse de listo con ella. Madame Yu se molestó con Wei Wuxian por arruinar tan "buena" proposición, esa fue una de las pocas veces que Jiang Fengmian le puso un alto.

Jin Guangshan obtuvo su merecido y nadie sospecho de nada, sabían que tarde o temprano terminaría así por su estilo de vida. Jin Zixun murió de una extraña enfermedad que ningún médico pudo tratar

Fue así como poco a poco lo malo que te iba la secta Jin desapareció y Madame Jin se sintió feliz, por fin su secta tendría el honor de ser respetada y su hijo haría mejor las cosas que su inútil esposo.

Jiang Fengmian estaba feliz, su hija ahora no viviría en un nido de víboras con un cerdo como suegro, así que podría estar más tranquilo.

Wen Ruohan en cambio estaba muy feliz, pues se podría casar con su amada sin que nadie se interpusiera en su camino.

Por fin el mundo tendría paz sin ese cerdo de Jin Guangshan y sus seguidores, interesados en más poder y unos animales con las mujeres, Wei Ying sonrió satisfecha, se había deshecho de las plagas y ahora podría tener una vida pacífica con su amado y sería la nueva Madame Wen, la mujer más poderosa de todas.

Que bien se sentía ganar.

EncadenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora