Epílogo

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Wen Yuan, el hijo más pequeño de Wen Ruohan, el primer hijo de Wei Wuxian. El niño que sería el sucesor de su padre, Wen Xu renunció a su título como heredero y se lo dejo a su hermano menor.

El pequeño era la adoración de su familia, siendo tan parecido a su madre, su padre era débil ante él, era el niño más mimado de toda la secta Wen, su padre lo complacía en todo, pero su madre lo detenía, no quería que fuera como lo fue alguna vez Wen Chao y se lo dejo en claro a su marido.

Aunque dudaban que así fuera, Wen Yuan era muy educado y poseía virtudes como sus padresm

-Hora de ir a estudiar mi rabanito-dijo su madre-no seas travieso con tus maestros-

-Lo sé A-niang- sonrió dándole un beso a su mamá en la mejilla

-Que rabanito tan educado tengo, ahora ve a tus clases-Wen Zhuliu se llevó al niño a sus lecciones, sin duda el menor era mil veces mejor que Wen Chao y eso llenaba de orgullo a su padre y madre.

Wen Xu seguía viviendo el el Palacio del Sol, solo que en su propio pabellón junto con su esposa, Mo Xuanyu. Mo Xuanyu y Wei Ying se llevaron bien desde le primer momento, así que todos vivían en paz y armonía.

Tiempo después Mo Xuanyu y Wen Xu tuvieron a su primer bebé, una niña, Wen Ruohan hizo una enorme celebración por el nacimiento de su nieta y otra gran celebración por su mes de nacimiento, era un abuelo muy orgulloso. La secta Wen tenía a su pequeño príncipe y a su princesita.

La secta Wen aseguro a su siguiente generación y sabiendo como era Wen Ruohan, no se conformaría con un solo hijo, él querría más y tal y como lo declaró, así fue, tuvo gemelos, una niña y un niño. El líder Wen estaba encantado con tener a su propia princesita, su pequeño Sol.

Fueron largos años, dónde la dinastía Wen seguía creciendo, sus líderes de secta Wen Ruohan y Wei Wuxian fueron los más justos y amables.

La secta Wen fue la secta más poderosa de todas y llegó a existir por más tiempo, todos vivieron en completa paz gracias a qué unieron fuerzas para estar donde estuviera el caos, su historia jamás sería olvidada, siempre serían recordados.

EncadenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora