Y aunque en un principio no entendí del todo este mundo, puedo decir con seguridad qué tuve una grata experiencia.
Pero sobre todo me impacto más él, en su sentir, en su vacío.
Porqué yo también lo vivía, y entonces entendí que no estaba muerta en v...
Estuvimos horas hablando mientras curaba las heridas en mi cuerpo, aunque las de la cara por desgracia no se recuperarían. Finalmente pude tomar una siesta, estaba acomodando mis ideas mientras descansaba. Pensando en que sería prudente elegir. Que debería hacer y como podría.
Mientras que por otro lado estaba ese algo que me impedía pensar con claridad. El rey de Halloween chocaba entre mi cabeza, cómo había defendido su honor hasta en el último golpe contra aquél siniestro hombre. Eso me daba a entender que no era tan malo como solía aparentar frente a los demás, me daba la esperanza de poder conocerle un poco más aunque mi tiempo aquí solo fuese temporal. Solo tenía una única oportunidad y realmente no sabía si tomarla o no.
Todo en él me parecía tan enigmático, en tan poco tiempo conocerle de esta manera hacía que captará más mi atención, puesto que me hacía sentir todo un mar de emociones. El tener tan cerca a alguien similar a mi, eso era lo que más me confortaba. Lo que me hacía dudar de si quedarme o no. Y si fuera así, ¿Que podría hacer yo? Eramos dos seres completamente distintos. Eso se vería mal ¿O no?
Entre todos esos pensamientos termine quedándome dormida. Hasta que entre sueños una voz muy familiar decía mi nombre.
Desperté a duras penas puesto que aún me sentía bastante cansada. Para mí sorpresa ya eran las once en punto.
Jack estaba llamando a la puerta mientras que yo me sobresalté. Mire mi aspecto y parecía haber pasado por toda una estampida de animales. Le dije que aguardará unos momentos en el vestíbulo mientras me daba una ducha rápida, era lo menos que podía hacer para estar conforme conmigo misma.
Se sentó y pase directo al baño. Una vez ahí surgieron de vuelta mis dudas por la decisión que tomaría.
Y al finalizar de ducharme, estaba claro lo que decidiría. Yo me marcharía.
Ya había sido suficiente de tanto desequilibrio, de tanto tropiezo. Y es qué aunque quisiera nunca podría pertenecer ahí. Estaba claro que en algún momento descubrirían mi rareza y entonces empezarían los problemas.
Salí junto con Jack de mi temporal hogar, me despedí de una manera afectuosa de mi supuesto padre y este solo evito mirarme, se le podía ver la tristeza y dolor en su mirada.
Caminamos hacia la colina dónde primera vez conectamos, dónde nos sentimos tan identificados.
-¿Y bien?, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
Estoy tranquila, creo que todo este alboroto me hizo abrir más la mente.
Creo que lo mejor sería marcharme, no aporto nada a este mundo. Mi presencia sería todo un enigma, ¿Que ventaja podría sacar de eso?. Siempre ha sido así mi vida, lleno de misterio y sufrimiento.
-¿Porqué piensas de esa manera? ¿Quién ha hecho tanto daño a esta pobre alma en pena?
Eso mismo quisiera entender... quién me ha hecho sufrir tanto.-mire cabizbaja.
-No hemos tenido el suficiente tiempo de conocernos querida, sin embargo, yo realmente me siento vivo desde que la conozco. Creo que conocer a alguien con los mismos sentimientos me hace sentir pleno. Dígame, ¿Usted no?
Le mentiría si le dijera que no...me gusta su presencia, me hace sentir especial. Me hace sentir confortable pero, ¿Es esto correcto acaso?
-Nada en el mundo es correcto. Cada quien toma sus propias decisiones y cada quien se sumerge más en este estanque llamado vida. Lo gracioso es que ni si quiera estamos vivos. Usted sí, madame. Y eso es lo que nos diferencia. Pero, al menos yo estoy dispuesto a aceptarle así. Con sus inseguridades, temores e inquietudes. Supongo que estar tantos años aquí, o tal vez incluso siglos. Me hizo de alguna manera desarrollar esa seguridad. Fortalecer e ignorar mi timidez. Y me gustaría darle esa paz que tanto merece. Aunque claramente es egoísta de mi parte pedirle que se quedé a mi lado. Porque entonces eso significaría que le estoy pidiendo que muera a mi lado. ¿O no?
En efecto, usted me está pidiendo mucho Jack. ¿O debería llamarlo Victor?
-Ahora es Jack, Victor era otra persona y mis vagos recuerdos murieron junto con él.
Entiendo...bueno, será siendo hora de que me vaya. Mi tiempo aquí ha terminado.-Me levanté dispuesta a caminar por dónde conocía el camino, fue entonces que Jack se levantó de igual forma y me tomo de la mano. Me atrajo hacia él para darme un abrazo, yo le correspondí de igual manera. Un tanto nerviosa porque era la primera vez que un abrazo me transmitía un extraño sentimiento.
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<<¿Será que esto es eso llamado amor?>>
Mire cabizbaja de solo pensar que se tratara de eso. Tenía bastante sonrojadas las mejillas que quería evitar verle a los ojos...o mejor dicho cuencas.
-Ahora prefieres desviar la mirada. ¿La ofendí?
No...es solo qué me es difícil aceptar este adiós. Me sienta mal, siento que es una decisión equivocada pero, no puedo.-Tomó mi rostro entre sus manos y entonces me miro fijamente.
-Es tiempo, no todo está perdido. Solo quería asegurarme de que usted también tiene ganas de vivir.
No hizo nada más. Y solo se perdió entre la oscuridad. Yo quedé confundida y perpleja, sobre todo triste, ese último adiós habia sido muy duro para mí. Por lo que no me quedo de otra más que regresar a casa.
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Camine y camine algunos kilómetros para de nuevo encontrar esa puerta. Ese pasaje que me llevaría de nuevo a casa.
Sin embargo, alguien estaba bloqueando la puerta...
