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-¡¡Jack!! Joven Jack, necesito su ayuda. Es una emergencia, por favor...

Tranquilo doctor, ¿Qué sucede?

-¡Se trata de Sally!, alguien la tomó a la fuerza a través de una enredadera y no pude hacer nada.

¡¿QUÉ?!, ahora mismo iré. Solo indíqueme dónde exactamente pasó. Usted quedése aquí. Y avisé a los demás si es que no regreso con ella antes del anochecer.

-Por favor, traela de vuelta, ella es importante...ella es distinta...ya te darás cuenta.-Se le vería con una mirada triste.

Corrí a toda deprisa, al menos mis piernas largas me permitían avanzar con facilidad, el doc me había indicado dónde ocurrieron los hechos y vaya que me hacía la idea de quién podía tratarse.

Ese inútil de Boogie pudo toparse con esa bella dama y querer tenerla para sí. No negare que es bella pero aún así sabiendo la reputación que tiene Boogie no me gustaría ni imaginarme que daño podría hacerle.

Espero realmente que sus esbirros no hayan colaborado porque entonces me van a conocer.
Ya les advertí la última vez, y está seguramente no podría aguantar.

Llegué a las afueras de la ciudad pasando el cementerio, estaba justo en frente de su vivienda.

A lo lejano pude escuchar sollozos, en efecto ese malnacido la estaba lastimando.

Me escabullí por una entrada a los drenajes, de ahí provenían los sollozos. Observé a mi alrededor y entonces la mire, estaba atada a una mesa de metal con múltiples heridas por todo su cuerpo.
Mientras que de espalda se encontraba Boogie cantando una canción.

No pude aguantar, me hervía tanto la sangre que fuí directo a su espalda dispuesto a causarle daño. Lo que más me molestaba en esta vida era la injusticia hacía las personas pero más me molestaba el abuso a las personas, sobre todo a las personas indefensas.

En cuanto me aproximaba a su espalda algo me tomo desprevenido y termino mandándome lejos de un golpe.

-Hablando del rey de Roma—dijo con total asco.

Deja de dañar de esta vil manera, solo eres un maldito costal de papas que abusa de los más débiles.

-Sisi claaaro, he estado esperando este momento queridísimo amigo Jack. Llegue del infierno a este lugar donde tanto anhelaba el título de ser el mejor.
El que aterrará y se encontrará en los sueños de todos y les causara hermosas pesadillas, y en efecto, así fue. Sin embargo, no me detendría hasta que me reconocieran como un verdadero rey.
Pero nuevamente alguien acaparó toda la atención, y era nada más y nada menos que Victor Van Dort.

Aquel amigo que tanto tiempo envidie en nuestra vida pasada y nuevamente se repetían los hechos. Vaya que no fue suficiente matarte en la anterior vida y quitarte a tu hermosa Victoria...me encantó tanto como gemía tu nombre esperando por tu ayuda y nunca apareciste...
¿Será que con está humana intentas disminuir la culpa que tanto has guardado?

¿Qué?...

Ahora recordaba poco a poco todo, en mis fosas de recuerdos sabía quién era él, pero no estaba dispuesto a aceptarlo, no podía ser él...no podía ser quién me hubiera fastidiado de esta manera...no a ella.

Todo me parecía tan confuso, me dolía el cráneo de sólo pensarlo. No quería sacar conclusiones tan prontas hasta asegurarme de lo que había sucedido aquella vez.
Yo tenía la esperanza de que todo había sido un accidente. Pero hasta este punto, esa idea ya estaba anulada.

Ese malnacido había terminado con la vida de ella, me quedaba claro. ¿Pero por qué?

-¿Aún no lo comprendes Romeo? ¿O quieres que te cuente una pequeña historia?

Yo no formule palabra alguna, estaba dispuesto a llegar al fondo de esto.

-Él, tan reservado, inteligente pero tímido.
Ella, tan altruista, decente y angelical—Menciono con una voz melosa y burlona. 

Dos seres de distintas familias adineradas, con personalidades totalmente distintas. 
Se conocieron y formaron un lazo, los querían casar sin duda alguna. Estaban destinados a ser el uno para el otro al final de cuentas. Pero, nunca imaginaron lo que les esperaba.
Es aquí donde entro yo—Menciono con una leve sonrisa.

El muchacho tímido tenía un amigo, confiaba plenamente en él, estaban a escasos días de la boda y él, por supuesto, sería el padrino de ambos.
Sin embargo, lo que nunca imagino fue que su propio amigo le haría una jugada de la que nunca se olvidaría.

El muchacho tímido por supuesto, estaría bastante nervioso por su boda, no quería que saliera nada mal. Por lo que entonces su amigo le invito a beber unas copas de vino para relajar la tensión.

He aquí donde empieza lo más interesante—Esboso aún más su sonrisa.

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Hasta la próximaaaaaa.jpg

~Cookie

Mi extraño mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora