La primera vez que se vio vestida con aquel uniforme su corazón latía a más pulsaciones de las que creía que podía soportar, no obstante, Fumi confió en que con el tiempo se terminaría acostumbrando a su nuevo rol en aquella extraña aventura que le tocaba vivir. Pero aún así, después de un alocado torneo bajo la mirada de una jirafa y casi una docena de combates, la sensación de estar viviendo en un sueño no se le iba de la cabeza ¿Cómo podía ser aquello real? ¿Desde cuándo las jirafas hablaban y les pedían a los humanos que pelearan entre ellos por un escenario predestinado? Era una completa locura, algo imposible de creer a pesar de las mágicas transformaciones y de sostener en sus propias manos las armas generadas por su brillo... Todo parecía ser producto de su imaginación aunque ella caminaba por el firme suelo de los escenarios de cada pelea, había empuñado su daga rompe espadas con determinación y se había enfrentado a todas sus rivales sin perder un solo combate hasta llegar casi a la meta... Porque eso debía hacer. Ganar a toda costa y resolver así todas sus dudas al respecto.
De modo que allí estaba, aguardando por el último combate, aquel en el que se enfrentaría con la otra estudiante que había llegado limpia al top one del torneo: Akira Yukishiro.
"Estará bien solo si es una de las dos quien lo consigue."
Tales palabras se las habían dicho meses atrás, aún cuando su relación no era más que una ristra de besos y caricias escondidas en las salas de espejos. Ahora, ya acabando el curso, aquella afirmación era más fuerte que nunca al igual que sus sentimientos. Amaba a Akira y tenerla frente a frente para determinar quién ganaría la dejaba más que satisfecha, sin embargo... Eso no significaba que fuese a dejarse vencer, tenía una promesa que cumplir, un objetivo que la haría pasar por encima de cualquiera:
- ¡Que comience la última Revue! – Exclamó la jirafa desde su privilegiado lugar en las gradas – ¡La batalla de los Dioses!
Todos los focos se apagaron a la vez. Sin aviso. Silenciando el lugar.
Fumi dio un paso al frente, buscando en la oscuridad cualquier atisbo de movimiento por parte de su rival. Se enfrentaba directamente a Akira, cara a cara y sabía que ambas darían el todo por el todo para decidir quién se haría con el título de Top Star porque eso conllevaba ganar el supuesto "Escenario del Destino" que la jirafa les ofrecía. El título de Frau Platin.
Finalmente se detuvo, sonriendo pícaramente cuando la percibió, observándola desde arriba, desde lo más alto. Así era Akira: competitiva, orgullosa y tan segura de sí misma como para darse un lujo como aquel; sus grandes cualidades habían quedado materializadas en aquel extraño universo en modo de lanza, brillante y enorme, tanto como la determinación de la peliblanca. Se hallaban en un mundo mágico donde el escenario reaccionaba a sus más profundos deseos... Y Fumi ardía en deseos de quebrarlos igual que había hecho con sus anteriores contrincantes:
"Tiembla ante mí, Medusa.
Pues yo, Perseo, tomaré tu brillo y se lo entregaré en ofrenda a los dioses."
Recitó Akira mientras a su espalda se iba formando un gigantesco templo griego. Por primera vez en sus enfrentamientos, el uniforme de batalla se había visto sustituído por un atuendo mucho más acorde con el ambiente que las Chicas de Escenario habían elegido:
ESTÁS LEYENDO
Rose Poems [Hiatus / Sin terminar]
Fanfiction[Cover by me] Una pesadilla. Otra más. Desde la partida de ella no hacían más que repetirse y lo peor era que Akira jamás admitiría en voz alta que su personalidad cambió el día que Fumi se marchó de Siegfeld aunque, por supuesto, tampoco admitiría...