Después de confesarle a Shiori todo lo que había vivido con su hermana y superar aquella noche en la que había sufrido la recaída más dura hasta el momento, Akira comenzó a ir por fin hacia arriba: la confianza con Shiori y las demás Fraus aumentó considerablemente desde entonces y pasar tiempo con ellas fue la medicina necesaria para que la peliblanca dejara de prestarle atención a su maltrecho corazón. Poco a poco, la vida de Akira en Siegfeld mejoró gracias a concentrarse de nuevo en sus rutinas, rodearse de gente que la distría y ofrecerse voluntaria a una cantidad de actividades extraescolares suficiente como para caer rendida en la cama día tras día; con el tiempo, y a pesar de la escasa confianza que la peliblanca tenía en ello, Akira volvió a renacer de sus cenizas y por ello, sus responsabilidades como Frau Platin la llevaron, a su vez, a viajar entre varias escuelas, siendo Seisho y Seiran los principales destinos. Unas se habían hecho tremendamente importantes gracias a sus victorias en las revues y las otras, por haber entrado por la puerta grande como una nueva escuela que apuntaba a lo más alto. La peliblanca tuvo que ayudar –o no– en la mediación de varios conflictos y su nombre, día tras día, acabó por hacerse hueco entre sus nuevas conocidas.
***
- Tsk... Recordadme de nuevo, por favor... ¿Qué hacemos aquí?
- Seiran quiere organizar una obra de teatro conjunta entre todas las escuelas y ha invitado a las estudiantes que representan el más alto nivel de sus respectivos centros a pasar el fin de semana en sus instalaciones. – Explicó Yachiyo, pasando por alto el sarcasmo de la peliblanca – ¡Arg, no pongas esa cara, Akira! Tómatelo como unas vacaciones.
- Pero no son unas vacaciones, hemos venido a como representantes de Siegfeld y eso, aunque no lo creas, ya es trabajar.
- Bah, te preocupas demasiado, déjate llevar, amiga~ – Lapelirrosa le dedicó una media sonrisa con la intención de molestarla aunque sabía que sus gestos no alteraban en absoluto a su compañera.
- ¡Hermana! – Exclamó de repente Shiori echando a correr en dirección a su recién fichado objetivo.
Akira detuvo sus pasos al comprobar que Fumi también estaba allí. Quedándose rezagada, observó como las hermanas se reencontraban con una amplia sonrisa y se quedaban abrazadas mientras la pequeña se dedicaba a saludar a todas las compañeras de Rinmeikan. Los meses habían pasado, incluso un nuevo curso había comenzado así que por presión familiar, Fumi había tenido que ceder y presentarse en la graduación de Shiori. Ahora, con todo mucho más calmado, las hermanas volvían a llevarse bien.
La Frau inspiró mientras se autoanalizaba: sus palpitaciones eran normales, no había nudos en la garganta ni ningún tipo de alteración por haber visto a Fumi; eso era buena señal pues, aunque no era la primera ocasión en la que coincidían como para saludarse, sí que podría ser la primera vez que tuviera que rodearse de su presencia por "tanto tiempo" como antaño. No tener síntomas aparentes la alivió bastante:
- Buenos días, Akira. – Dijo una voz justo al pasar por su lado.
Instintivamente, la peliblanca giró la cabeza hasta aquella que la había saludado y sin darse cuenta, una media sonrisa se dibujó en su rostro. Ah~ Maya Tendo, resultaba irónico poder mirarla por encima del hombro gracias a su altura. Claro, era evidente que Seisho también estaba invitado a disfrutar del evento de Seiran así que... Bueno, quizá Yachiyo tuviera razón y fuera hora de dejarse llevar; no todos podrían presumir en el futuro de haber sido mimados por los estudiantes de una escuela en alza como era Seiran de modo que, recobrando su aire majestuoso, retomó sus pasos y se dedicó a saludar con cordialidad a todo aquel que tuvo valor de mirarla.
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- "Elizabeth: Rondo Love and Death." – Leyó en un susurro una vez acomodada en el palco exclusivo con el que contaba Siegfeld – ¿Una obra sacada del Takarazuka?
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Rose Poems [Hiatus / Sin terminar]
Fanfiction[Cover by me] Una pesadilla. Otra más. Desde la partida de ella no hacían más que repetirse y lo peor era que Akira jamás admitiría en voz alta que su personalidad cambió el día que Fumi se marchó de Siegfeld aunque, por supuesto, tampoco admitiría...