Capítulo 31 ♛

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Una disculpa de antemano si ven algún error, no corregí el capítulo 

:(

Enid

Cada día que pasaba aquí encerrada se sentía cómo una tortura, una gran agonía que me carcomía por dentro. No sé si era un castigo de la vida o solo una prueba más para todo lo que teníamos que pasar, sin embargo, yo sentía que cada segundo era un maldito infierno. Hacía días que no habíamos salido de la mansión, lo que quería decir que no había más sangre que beber y eso me estaba poniendo mal, me sentía morir por dentro. Mi lado vampírico necesitaba beber sangre de inmediato.

Aquella tarde me encontraba sentada en el alféizar de la ventana de mi habitación, leía uno de los tantos libros que tenía mi padre, para ese momento llevaba la cuarta parte de todos ellos leídos, sin tener nada qué hacer solo me dedicaba a leer y pasar todo el tiempo con mi familia y Boone, a quien estaba conociendo un poco más y todo lo que él representaba lo amaba, desde lo más insignificante hasta lo más valioso. Lorian ya había despertado, sin embargo, no le habíamos dicho lo que pasó con Corban, tuvimos que mentirle inventando que se había quedado fuera del escudo, tampoco nos creía, solo fingía hacerlo para no volverse loca ya que no lo podía sentir o escuchar, el lazo ya estaba roto y ella lo estaba sintiendo al doble, era la que más sufría ya que Corban decidió irse para salvarla.

Giré la cabeza para observar el cielo, el cual, cada día que pasaba se ponía más y más oscuro, con tonos rojizos y grises, relámpagos rojos lo cruzaban de un lado al otro, se escuchaban rugidos como si dentro viviera una bestia furiosa que quería salir a cómo diera lugar. Afuera todo estaba peor que aquí dentro, muchas personas habían muerto, los demonios caminaban por las calles cómo si estas les pertenecieran y poseían a los pocos que aún quedaban de pie.

Solté un suspiro y cerré el libro de golpe. Apoyé la cabeza del marco de la puerta, cuando escuché pasos venir del pasillo giré la cabeza en esa dirección. Fue mi padre quien se asomó con un plato de quien sabe qué botana dentro, me regaló una sonrisa y con la mirada me preguntó si podía pasar, le dije que sí y no tardó en llegar a mi lado sentándose en el alféizar.

—¿Qué pasa? —preguntó aun sabiendo lo que estaba pasando conmigo. Me entregó el plato que contenía un poco de fruta, sin embargo, solo al verla se me revolvió el estómago. Ya no quería comida o carne cruda o lo que sea que se le ocurriera que podía comer para intentar olvidar que me estaba muriendo de hambre y necesitaba un poco de sangre.

—Sabes bien lo que pasa —ironicé. Cogí un pedazo de fruta y así mismo la dejé dentro del plato. Bufé y miré hacia afuera —. Todo se está pudriendo allá afuera —papá miró en la misma dirección y solo pudo asentir con la cabeza ante mi comentario.

Los árboles se estaban muriendo lentamente, las flores se convertían en cenizas y la tierra se secaba poco a poco. Lo que un día fue un frondoso bosque con miles de árboles repletos de hojas ahora era un desierto de troncos secos y ramas débiles que se caían al suelo estéril. Los demonios estaban matando todo lo que se les ponía en frente, personas y animales por igual. Ojalá nada más sucediera aquí en Bibury, todo el mundo era víctima de Freya.

—¿Crees que vamos a salir de esto? —le pregunté mirándolo. No quería tocar el tema de que me estaba volviendo loca y veía a los veía como si solo fueran un trozo de carne, una bolsa de sangre que quería vaciar completamente.

—Tengo fe en que así será —admitió. Me miró de regreso —. Sé lo que está pasando contigo y te entiendo porque pasé por lo mismo hace años —me confesó —. Y no debes sentirte mal por todo lo que piensas y sientes —un mechón de mi cabello caía en mi costado, lo apartó con dos dedos y lo dejó detrás de mi oreja —. No eres un monstruo, Enid, no pienses en eso.

Infinity ♛ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora