Enid
Un empujón me envió lejos de Corban, un grito lacerante abandonó mis labios al mismo tiempo que mi hermano desaparecía frente a mí, sostuve la cajita que me dio entre las manos, caí de rodillas al suelo y aparecí de nuevo en mi casa o lo poco que quedaba de ella ya que los demonios de Freya se hicieron cargo de destrozarla por completo, quedando solamente una pared en pie y lo demás convertido en cenizas.
—¿Enid? —La voz de Boone resonó a través de la oscuridad —. Enid, estás bien —sentí sus brazos alrededor del cuerpo, me ayudó a ponerme de pie —. ¿Qué pasó?
—Corban —logré murmurar —. Corban está muerto —escuché el crujir de la madera.
—¿Qué? —giré sobre mis talones, acunó mis mejillas con sus manos y le miré directamente a los ojos —. ¿Qué pasó? —indagó buscando alguna mentira en mis ojos, pero solo iba a encontrar la verdad.
—Corban me ayudó a escapar —empecé a explicar —. Él me dio esto —le mostré la cajita —. Freya lo atacó por detrás enterrando una espada en su espalda —un nudo se formó en mi garganta.
Mamá y papá aparecieron a mi lado, escucharon lo que dije y al igual que yo no podían creer lo que estaba diciendo, pero era cierto, yo vi morir a Corban, vi cuando un gran agujero se formó en medio de su pecho y empezó a desaparecer, vi su rostro de agonía y dolor y después ya no había nada, se fue.
—¿Qué dijiste? —murmuró mi madre, cubriéndose la boca con las manos —. Dime que no es cierto —sacudió la cabeza.
—Enid —papá se encontraba a su lado.
—Lo siento —tragué saliva —. No pude salvarlo.
Ya no tenía lágrimas que derramar, estaba seca por dentro. Había mucho dolor y rabia, pero era más la segunda la que predominaba dentro de mí. Quería matar a Freya, quería acabar con ella de una vez por todas y terminar con esto antes de perder a alguien más. No me podía imaginar la vida sin papá o mamá, sin Boone.
—No, no —mamá se aferró a la ropa de papá mientras él me miraba desconsolado, reteniendo las lágrimas en las esquinas de sus ojos.
—Él no puede estar muerto —dijo papá —. No mi hijo.
—Lo vi morir, Freya lo mató...
—Freya no lo mató —volteamos a ver al dueño de aquella voz y descubrimos a Thomas apareciendo entre la bruma de la mañana y la oscuridad de la que Freya era la causante.
—¡Yo lo vi morir! —brame.
—Pero no lo mató —empezó a explicar sereno —. Está herido y encerrado en un lugar al que no puedo acceder, pero no está muerto.
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué te apareces ahora que todo se fue a la mierda? —le reclamó mamá, apartándose de mi padre —. Bór y Eamon están muertos —sentí una opresión cuando afirmó que ellos habían muerto —. ¿No pudiste ayudarnos antes?
—Lo estoy haciendo ahora —contestó él, con toda la calma del mundo.
—¡Ya para qué! —mamá empezó a llorar —. Mataron a dos de mis mejores amigos —bramó. Se apartó con violencia, pero antes de que se acercara a Thomas mi padre la cogió de la cintura apartándola de él —. ¡Nunca estuviste presente en nuestras vidas! Nunca te importamos —espetó.
—No me podía involucrar en los asuntos, hay reglas, las mismas que Freya rompió en el momento que se metió con los mortales.
—¿Esperaste todo este tiempo para ayudarnos? —preguntó papá, molesto.
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Infinity ♛ (COMPLETO)
VampirTercer libro de la Saga Dark Moon. "Ella es la luz y él la oscuridad, ambos son el balance perfecto"