Enid
Llegamos a las inmediaciones de la mansión, nos detuvimos unos pasos antes de tocar el escudo que se había puesto para proteger la casa de los demonios que ahora se apoderaron de las calles de Bibury. No solo Londres había sido invadida por esos seres oscuros, cada país de cada continente fue atacado y las personas murieron cómo si fueran basura, cómo si no valieran nada.
—Yo lo hago —les dije a mi padre y Boone, quien no se había despegado de mí ni un segundo desde que me encontró en ese lugar.
—¿Vas a poder? —preguntó mi padre detrás de mí. Asentí sin mirarle a los ojos.
—He comido bien, así que tengo la fuerza suficiente para hacerlo yo sola.
Tal vez no era tan poderosa cómo mi madre o Thea, o el mismo Bór, sin embargo, en estos días había recuperado la fuerza que perdí los días que pasé encerrada sin poder comer nada.
Extendí mis brazos al frente, abrí mis dedos y cerré los ojos concentrándome en abrir una pequeña parte del escudo y no todo para que nadie pudiera entrar por uno de los extremos de la mansión. Al abrir los ojos de nuevo el escudo se abría lentamente frente a nosotros, mi padre fue el primero en cruzar, detrás de él lo hizo Boone y al último yo, cerrándolo de nuevo detrás de mi espalda. Cogí la mano de Boone, enlazando nuestros dedos ante la mirada de mi padre, a quien no le gustaba que hiciéramos esto frente a él, pero tenía que hacerse a la idea de que Boone era mi compañero de vida y que algún día nos íbamos a casar y formar una familia.
Cruzamos la puerta de la casa y fuimos bien recibidos por nuestra familia con besos y abrazos de su parte. Mi madre fue la más efusiva y sentimental, me revisó de arriba abajo asegurándose de que no me había pasado nada malo, cuando en realidad fui yo quien mató a algunos hombres, me sentía sucia y una porquería, nunca en la vida había matado ni a una mosca y ahora había terminado con la vida de diez hombres, que tampoco servían para nada, los estuve vigilando y descubrí que no eran buenas personas, se merecían morir de esa manera tan cruel y sádica cómo lo hicieron.
—Mi niña —musitó mi madre con lágrimas en los ojos. Su voz se rompió y pasó saliva duramente. Un dolorcito se instaló en mi pecho y tuve la necesidad de echarme a llorar cómo magdalena, sin embargo, me contuve y le sonreí. Estaba sucia y tenía sangre en la ropa así que se dio perfecta cuenta de mi estado tan deplorable —. Qué bueno que regresaste a casa —me abrazó de nuevo fuertemente.
—Estoy bien —le dije, mi voz se rompió un instante, pero después me recompuse —. No pasó nada y juro que no volveré a escapar de nuevo —le sonreí. Luci permanecía atrás con esa sonrisa marcada en sus labios.
—¿Cómo está todo allá afuera? —Entramos a la cocina donde los demás esperaban impacientes por saber lo que estaba pasando en las calles. Mientras tanto mi madre y Thea se hacían cargo de preparar la cena para que pudiera comer algo decente.
—Es cómo una pesadilla —les dije. Me miraban atentos —. Hay monstruos que se roban la magia de las brujas y todo aquel que la posee. Los demonios matan sin piedad y todo se está muriendo —tragué saliva —. Freya está cumpliendo con lo que prometió y en cuánto tenga mi divinidad podrá subir y hacer lo mismo allá arriba.
—No lo hará si la detenemos —habló Luci.
—¿Y cómo lo haremos, genio? —Caine inquirió burlesco —. No tenemos poderes, Corban nos dio la espalda —Lorian se tensó al escuchar el nombre de mi hermano —. Y Freya no puede morir. No sé cómo lo podemos hacer —Luci rodó los ojos.
—Tenemos a tu madre que es poderosa, Bryony, Thea, Curtis, Bór, Isla, Eamon, Morgan, Cyst, Boone, Caden y Enid. Tal vez nosotros no podemos ayudar en mucho, pero sí haremos lo que sea con tal de matar a Freya y devolverla a donde pertenece, al lado de su desgraciado padre —le sonreí a Luci.
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Infinity ♛ (COMPLETO)
VampireTercer libro de la Saga Dark Moon. "Ella es la luz y él la oscuridad, ambos son el balance perfecto"