Infinity ♛ (COMPLETO)

Capítulo 38 ♛

Corban

Observaba mi entorno con gran admiración y sorpresa, no entendía lo que estaba pasando, si habíamos muerto o qué sucedía con nosotros, todo era tan confuso. Enid permanecía a mi lado, observando todo de hito en hito. Nos encontrábamos en un inmenso campo cubierto por flores de cientos de colores y frondosos árboles que se encontraban a la distancia. Levanté la cabeza hacia el cielo encontrándome con una hermosa postal de color azul y esponjosas nubes blancas.

—¿Sabes dónde estamos? —le pregunté a mi hermana, quien se encontraba igual o peor de confundida que yo.

—No tengo ni idea —respondió —. Todo es tan confuso, lo último que escuché fue la voz de mamá, vi a Boone y después de eso no sé...—se encogió de hombros. Me rasqué la cabeza, me encontraba confundido y la verdad tenía miedo, lo más probable es que morimos, por eso este lugar parecía un paraíso.

—Creo que estamos muertos —le dije. No había ni una pizca de diversión en mi voz, solo una profunda tristeza al darme cuenta de la cruda realidad. Enid asintió con la cabeza de mala gana, ni uno de los dos estábamos feliz por lo que estaba pasando.

—Sí, creo que sí —respondió con un deje de pena en la voz —. Estamos muertos murmuró —se sobó el brazo y no dudé en acercarme a ella y abrazarla, correspondió a mi abrazo y sollozó con dolor. Sentí cómo el pecho se me apretó y un dolorcito molesto se instaló en medio, los ojos me picaron y tuve que tragar saliva para no llorar —. ¿Te das cuenta?

—Me doy perfecta cuenta de lo que está pasando —musité —. Pero no queda más que aceptarlo y ya —sacudió la cabeza.

—No, no. No quiero morir, no ahora cuando todo terminó —su voz rota y sus lágrimas mojando mi camisa —. ¿Por qué? —me dolía escucharla llorar de esta manera, no quería verla así.

—Mira —se apartó en ese momento, colocándose a mi lado. A la distancia alcanzamos a ver a Thomas, venía acompañado, vestía con colores claros y nos sonrió cuando llegó frente a nosotros. Su acompañante se detuvo a su lado y se acomodó las gafas para después sonreír nervioso.

—¿Me puedes explicar esto? —nos señaló a Enid y a mí.

—Señor...—dijo con voz temblorosa.

—¿Qué pasó? —llevó las manos detrás de la espalda.

—¿Qué hacemos aquí? —levanté la mano llamando su atención. Ambos nos observaron y fue Thomas quien habló primero.

—Se trata de una terrible confusión.

—Una muy terrible —habló el chico a su lado. Era pequeño e iba peinado con una línea en medio y el cabello a los lados, cómo si hubiera puesto todo el bote de gomina encima.

—Esto no debió pasar.

—Lo lamento —Thomas le echó una mirada de reojo a su acompañante, este apretó los labios y evitó mirarlo.

—Esto no debió pasar y no sé qué hacen aquí —el chico le entregó a Thomas una carpeta, la cogió y abrió para revisar los papeles que venían dentro. Miré a Enid quien se encogió de hombros, nos encontrábamos igual de confundidos —. En este momento deberían estar con su familia, arreglando todo lo que Freya destruyó.

—Espera —lo detuve antes de que dijera nada —. Yo no puedo regresar —la mirada de Enid me caló profundo, hasta los huesos.

—¿Qué?, pero...¿qué? —puso una mano sobre mi brazo.

—Freya me maldijo de por vida, si yo le quitaba la vida me condenaría al infierno por el resto de mi existencia.

—¿Cuándo hizo eso? —preguntó Enid. Thomas se mantenía impasible en su lugar.