UN HUMANO EN EQUESTRÍA.

CAPITULO 4.LA BÚSQUEDA.

Era una noche bastante fría, los grillos grillaban con alegría y las bestias nocturnas estaban al acecho. En la copa un árbol, una fría y polvorosa brisa golpeo gentilmente el rostro de una joven yegua de crin multicolor, la cual al recibirla abrió con pesadez sus fatigados ojos y levanto su rostro en dirección a la luna ante tal belleza solo pudo recordar cómo había terminado en aquel árbol.

<<Recuerdo>>

Rainbow Dash una yegua joven y con bastante energía, se encontraba en la casa de su familia celebrando el Quincuagésimo cumpleaños de su padre. La celebración fue divertida, había sidra a montones, varios amigos y primos de su padre habían asistido a la reunión. Todos se la estaban pasando de maravilla, algunos hablando de deportes, otros hablando de cotidianidades y sueños a futuro, hasta que sucedió el apagón. Una fuerte corriente atravesó los hogares de los pegasos sin dejar alguna clase de daño a la propiedad, pero si a los seres que se encontraban dentro de ella.

Sus cabellos se erizaron, y por sus cuerpos recorrió una gran debilidad acompañada de un dolor solo comparable a que cientos de agujas se clavarán en tu piel, azoto a la familia. Para posterior mente caer en picada hacía el duro suelo. Rainbow Dash caía a una gran velocidad, vio como su familia gritaba con pánico mientras que otros ni siquiera estaban conscientes de su inminente destino. Intento aletear con todas sus fuerzas pero nada funcionaba. No solo sus fuerzas habían desaparecido, su magia se había esfumado.

Mientras caían Dash logro visualizar un lago el cual se encontraba atravesando un denso bosque, ella lo sabía, la única forma en la que podría sobrevivir sería cayendo en ese lago y esperar que tuviera la suficiente agua para amortiguar su caída, en el mejor de los casos caería sobre este y terminaría con varios huesos rotos pero, al final del día eso era mucho mejor.

Aunque su magia ya no estaba, aún tenía sus alas las cuales le ayudarían a planear aunque sea un poco. Grito con fuerza a su familia "Al lago, al lago" con la esperanza de que estos pudieran escucharla e intentaran seguirla. Ya estaba cerca, ahora no solo ella sino varios otros pegasos que la escucharon intentaron hacer lo mismo pero, de repente, una luz cegadora apareció de repente en el cielo cegando a todos aquellos ponis que la hubieran observado. Varios quedaron ciegos y empezó el descontrol. Muchos estaban asustados y ya no supieron que hacer provocando que chocarán los unos contra los otros. Dash quedo desmayada sin saber tan siquiera quien la golpeo.

Habían pasado horas desde lo ocurrido, Dash se encontraba inconsciente sobre una de las ramas de la copa del árbol hasta que un fuerte grito de auxilio la despertó. Levanto su cabeza confundida y con pesadez,  sus orejas se encontraban altas intentando localizar aquel ruido, sus ojos se recuperaron logrando ver con claridad el lugar en el que se encontraba y no solo eso, también logro ver aquel ser del provenía aquellos gritos.

Dichos gritos provenían de una pegaso que se encontraba tirada junto a un árbol. Su pelaje era blanco como el algodón y sus ojos celestes como el cielo. Tanto su crin como su cola, eran de un color rosado decorado con algunas franjas verdes. Dash sintió que aquella yegua ya la había visto antes pero no lograba recordar donde, después de un gran esfuerzo mental la respuesta llego a su cabeza, el nombre de aquella yegua era, Blossomforth.

Se encontraba recargada al lado de un árbol con sus patas traseras rotas y una completamente destrozada. Aun se encontraba pegada al cuerpo, pero se podía ver el horrible estado en el que se encontraba. Con dolor y lagrimas en el rostro gritaba con fuerza, esperando a que alguien la escuchara y pudiera ayudarla.

Al verla, Dash intento levantarse para ir con ella pero en el momento en el que su cuerpo hizo el intento, un terrible dolor la estremeció. Su flanco había sido empalado por una rama mientras que sus alas se encontraban desplumadas, despellejadas y rotas. En el momento en el que se estrello contra el árbol, las ramas de este  tomaron grandes cantidades de plumas y cuero, el impacto también provoco que estas se rompieran en varios trozos, este accidente dejo sus alas completamente desnudas, ensangrentadas y rotas.