CAPÍTULO 8. ADAPTACIÓN.

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Tantas cosas he olvidado, tantos recuerdos importantes he irreemplazables. Mi primer beso, mi primer amor, el nombre de mi mejor amigo, los rostros de mis padres... Pero, hubo algo que no olvide. My Little Pony. De tantos recuerdos con un valor incalculable, mi cerebro decidió desecharlos todos y solo conservar aquellos relacionados con una vieja serie para niñas.

Ahora estoy empezando a creer que puede que haya habido una razón para haberlos conservado. Según el diario, ya me he encontrado con estos extraños seres, pero desde aquella vez, esta es la primera ocasión que tengo a uno tan cerca de mí. En frente mío se encontraba un unicornio de gran tamaño, el cual no deja de abrasarme con fuerza. Aferrándose a mí como si fuese su salvador.

Levanta su cabeza y nos miramos mutuamente. Su rostro no era como el de un caballo normal, alargado y fino. Su rostro era redondo, con un hocico un poco largo, pero al final bastante pequeño para un equino. Solo era un poco más largo que el mío. Sus ojos verdes eran abrumadoramente grandes, no podía pensar que existiera un ser vivo con ojos tan grandes, seguramente, su cabeza tenía más espacio para sus ojos que para su cerebro.

"Lo siento..." Dijo ella mientras se alejaba un poco de mí para posteriormente limpiarse las lágrimas de sus ojos con una de sus patas. No sé la razón, pero, aunque no recuerde bien mi vida pasada, aunque no recuerde a otros humanos. Ver un animal con conductas tan humanas me incomodaba. Nos miramos durante un par de minutos, con miradas incómodas, pero ninguno de los dos parecía tener la fuerza para dar el primer paso y soltar su primera pregunta. Hasta que decidí hacerlo yo.

"¿Tú, como te llamas?" Ella me miro y soltó una risita incómoda y me dijo: "Mi nombre... mi nombre es Lyra Heartstrings. Usted lo dijo cuando me vio." Me respondió. Al escuchar eso, sentí un hormigueo recorrer mi espalda. No me había equivocado, ella era en realidad ese unicornio de fondo de aquella serie. "Usted ¿Cómo se llama? Y ¿Cómo conoce mi nombre?"Sus primeras preguntas fueron difíciles para mí. No tenía una forma de responderlas."No tengo nombre. Y el cómo conozco tu nombre, es un secreto que no te puedo revelar". Ella miró el suelo con desilusión.

"¿Te molesto que no te diera mejores respuestas?" pregunte. "No, no me molesto." Después de decir eso, la punta de su cuerno empezó a brillar, mientras que el resto de este parecía ser cubierto por una sustancia extraña de color verde, que se ondulaba constantemente. Para después sacar un libro de una de las bolsas que tenía a sus costados. "Ten. Lo lamento, lo tomé de tu casa".

Tome aquel libro y efectivamente, era mío. "¿Qué hacías con él?" pregunte. "Leí un poco de su contenido." Me respondió. "¿Cómo entendiste lo que estaba escrito?"

"Era latín, tenemos varios libros que hablan de ese idioma. Yo solo tuve que traducirlo."Eso me sorprendió. Se supone que este idioma es de mi especie, pero por alguna razón ellos también lo tienen, hasta tienen libros de él. 


"Cuando me viste, dijiste muchas veces "Lo sabía, lo sabía eres real" "Los humanos son reales" mientras me abrazabas." ¿A qué te referías con eso? ¿Cómo sabes lo que soy? Pregunte.

Mientras soltaba unas risitas nerviosas, ella me dijo "Qué vergonzoso" Dijo mientras que, de alguna forma, el pelaje de su rostro cambiaba a un tono rojizo como si estuviese sonrojada. "Yo soy su mayor fan" susurro.

"Perdona, pero no logre escucharte".

 La yegua apretó los ojos y soltó un gran suspiro y me dijo: "¡Yo soy la mayor fanática de los humanos que existe en Equestria!" Exclamo.

"Entiendo. Entonces, como mi mayor fanática, creo que me puedes responder mi segunda pregunta ¿Cómo sabes acerca de los humanos"? "El cómo sé lo que son los humanos, es un secreto que no te puedo revelar." Dijo con una mayor seguridad mientras me sonreía de una forma burlesca.

Me reí un poco y dije:"Me imagino que me lo dirás si te digo mi secreto ¿Verdad?"

"Claro, un secreto por un secreto. Como debe de ser, ¿no?"

 "Sí, como debe de ser" Le respondí.

Con la poca información que he recolectado hasta el momento, es algo obvio que ella no es la Lyra que conozco. La verdadera Lyra jamás supo de la existencia de los humanos, en cambio, ella parece que sabe mucho de nosotros, bueno, no solo ella. Este mundo sabe de nosotros.

Decidí levantarme del piso para por hablar más cómodo. Ella hizo lo mismo, y dejo de estar sentada para pararse en sus cuatro patas. El verla parada hizo que me sorprendiera, tomando en cuenta solo su cruz, era bastante alta, pues me llegaba hasta la cintura.

"¿Cómo encontraste mi hogar?" pregunte.

"Persiguiendo un mapache." Me respondió con un rostro inexpresivo. "Oye, no molesta vivir aquí, solo. Alejado de todo. ¿No quisieras venir conmigo a mi hogar"?

Ante dicha pregunta me quedé en silencio ¿Qué tan conveniente sería para mí ir a su hogar?

"Prefiero mantenerme oculto de los tuyos." Le respondí.

"Entiendo, la verdad muchos ponis harían un gran escándalo si te llegarán a ver. Un ser como tú siendo visto después de aquella gran anomalía mágica sí que llamaría mucho la atención. Pero, conozco a los tuyos. Ustedes son seres altamente sociales, necesitan convivir con otros para mantener su salud mental en perfectas condiciones, es debido a ello, que te pido que vengas conmigo. Nadie sabrá de tu existencia más que yo y solo si tú quieres, otros ponis que son seguidores de la humanidad."

¿Seguidores de la humanidad? ¿Gran anomalía mágica? Jamás había escuchado alguno de esos términos en la serie. Mi curiosidad aumentó bastante, esto mezclado con que la Lyra que tengo parece más una sacada de un fan fic que de la serie original, me demostraban lo diferente que es este mundo a comparación del mundo que yo conozco.

"¿Vives sola?" Le pregunté para ver que más diferencias podía encontrar.

"No, no vivo sola. Pero descuida, mi compañera no volverá en un tiempo. Un tiempo más que suficiente para buscarte un mejor y más cercano hogar." Dijo Lyra con confianza.

"Bien, si logras encontrar una forma de llevarme a tu hogar sin que se den cuenta de mi existencia, ten por seguro que iré contigo." Le respondí. Tenía que aprender más acerca de este mundo.

"¡Genial! No te preocupes por esperar demasiado, soy una yegua prodigio de la extinta Canterlort. Hoy mismo conocerás mi hogar. Solo observa esto."

¿Yegua prodigio? ¿Canterlort extinta? Ahora sí que deseo no tener que esperar tanto en llegar a su casa.

De su cuerno un haz de luz me escaneo por completo y de repente un círculo mágico apareció en el suelo debajo de mis pies, el cual empezó a elevarse subiendo a través de mí. Cuando este se elevó por encima de mi cabeza, se deshizo, pero un aura verde cubrió todo mi cuerpo. Era una capa bastante fina y no podía sentir ninguna clase de sensación peculiar en ella. Era como si esta formara parte de mí.

"¿Qué hiciste?" Pregunte.

"Te hechicé. Utilice un hechizo, capas de volverte invisible por un lapso de 24 horas, pero descuida cuando lleguemos a casa, lo voy a deshacer, así que no serás invisible por tanto tiempo." Me respondió.

"Si soy invisible, ¿Cómo me puedes ver?"

"Eres invisible para otros, no para mí. Pero, en fin, no perdamos más tiempo y vayámonos de aquí." Me respondió para acto seguido darse la vuelta dejándome ver con mayor claridad su flanco. El cual tenía dos cutie marks...

UN HUMANO EN EQUESTRÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora