CAPITULO 5. LA NOTICIA.

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- Dash, Dash, ¡Dash! – grito Blossomford.

- ¿Qué sucede? ¿Alguien viene? – Respondió con rapidez y en un estado de alerta.

- Oh, no. No a llegado nadie es solo que quería hablar con alguien.

- ... ¿De que quieres hablar? – pregunto Dash.

- Por favor dime ¿Cómo es trabajar con los Wonder bolts? Me imagino que debe ser una de las cosas más geniales que debe de haber. Cuando era más pequeña mi sueño era ser parte de ellos, aunque con el tiempo me fui dando cuenta que no tenía el talento que se requería.

- En eso tienes razón. Se necesita talento para pertenecer a ellos y tú careces de eso. Sin ofender.

- Jejeje si... descuida no hay problema. Por lo menos eres honesta.

- Y con eso de que se siente trabajar con ellos. Bueno, es algo bastante estresante. Diría que es lo más estresante del mundo.

- ¿Estresante? ¿Porqué? – pregunto con incredulidad. - Blossomfort sabía que ser un Wonder Bolt era algo difícil pero no se imaginaba que fuera tanto.

- Es como pertenecer al ejército. Bueno, en cierta forma formamos parte del ejército. Tenemos que levantarnos temprano y entrenar casi todos los días esto es debido a que la filosofía del escuadrón es que solo lo mejor de lo mejor puede pertenecer al grupo. Si empezamos a tener un rendimiento más bajo nos cambian por otros que sean superiores.

- Wow, eso explica por qué en todos estos años lo Wonder Bolts no han sido superados desde su creación.

- Efectivamente. Cada generación es superior a la anterior gracias a esa filosofía.

- Dash, entonces ¿Qué sucederá contigo? – pregunto con tristeza.

- ... mis alas sanarán, seguro que lo harán. Y en caso de que no lo hagan, no olvides que soy parte de las main six y soy la amiga más leal de la princesa de la armonía. Así que seguramente habrá una forma de que pueda volver. - Respondió con un gran optimismo.

- Dash, yo no siento mis piernas... ¿Crees que ella pueda ayudarme a mi también?

- Blossomfort... Claro que ella podrá ayudarte. Estoy segura de eso. – Respondió Dash.

Unos sollozos alertaron a los guardias reales; al ver de donde provenían, notaron que venían de la yegua que llevaban consigo recostada en la careta. Mirando más de cerca se percataron que por los ojos de la azulada yegua estaba brotando una pequeña corriente de lagrimas los cuales venían acompañados de unos cuantos quejidos los cuales al principio eran inentendibles pero que al escucharse con más precisión decían:

Blossomfort... 

- ¿Blossomfot? Pregunto uno de los guardias que jalaba de la carreta.

- Debió ser una de las victimas del desastre. No le pongas tanta atención y no reduzcamos el paso. – Respondió su compañero.

El viaje había sido largo, había tomado varios días llegar hasta los bosques de Cloudsdale y se esperaba que el regreso tomara el mismo tiempo, esto preocupo a los guardias; Rainbow Dash no se encontraba en las mejores condiciones y temían que en pleno viaje su situación empeorara pero para la sorpresa de estos. Mientras más pasaba el tiempo cada vez se sentían con más poder y Rainbow había empezado a recuperar sus brillantes colores.

Aunque pese al ligero cambio de Rainbow, sus heridas seguían igual y debido a eso tenían que detenerse cada cierto tiempo para tratarlas y darle de comer a la pegaso en esas pocas ocasiones en las que lograba recuperar la conciencia.

UN HUMANO EN EQUESTRÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora