⠀⠀⠀⠀O21 | PROMETIDO

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—¡Joven Kent!

Costó varios llamados para que el pelinegro escuchará el tono preocupado de su mayordomo, haciendo que saliera de la habitación apresurado, para encontrar al señor en el pasillo.

El hombre habló con la respiración agitada de correr.

—El señor Jordan, acaba de informar que encontraron a Dick Grayson.

Conner alzó las cejas con emoción, le agradeció al hombre y se apresuró a subir las escaleras para el primer piso, donde Damian se hospedaba, ya que el menor le había insistido bastante hasta que había aceptado quedarse allí.

Hal Jordan, alfa, tan fuerte como su olor a madera y un poco a tabaco, era uno de sus mejores guardias personales, y el que había puesto a cargo para la búsqueda del omega, con ayuda de agentes de policía, habían pasado los días con ellos recorriendo la zona donde más posibilidades tenía de aparecer el chico.

Tocó la puerta firmemente hasta que el alfa menor abrió, con cara de malhumorado, aunque antes de que pudiera mandarlo a la mierda Conner habló.

—Encontraron a Grayson.

Damian tardó un poco por la sorpresa en reaccionar, no dijo nada, pero por dentro, agradeció que el omega haya aparecido.

—Hal tiene órdenes de traerlo para acá —dijo Conner— ¿Quiere esperarlo conmigo abajo? Están en camino.

Damian sólo asintió, haciendo señas para que lo deje pasar, bajando las escaleras detrás de él.

No tardó mucho tiempo para que la entrada de la casa Kent volviera a llenarse de personas, tanto paparazzi y reporteros, como gente curiosa, y era por esas situaciones que lo hacían preguntar cómo obtenían la información tan rápido y de dónde.

Aunque en cuanto el auto negro, de vidrios oscuros, acompañado por una patrulla policial pasó las rejas negras de la entrada al pequeño parque frontal de la mansión, a pesar de que los flashes de las cámaras dispararon, Conner, Damian y los empleados del joven Kent se olvidaron completamente de ellos.

Primero bajó Hal Jordan, del asiento trasero del auto negro, tirando una correa de dónde bajó un lobo blanco, hermoso, casi brillante.

Conner abrió los ojos de más al verlo, algo impresionado.

Damian también lo estaba, aunque lo oculto, había conocido al omega, le caía bien y quería que estuviera a salvo.

Entraron a la mansión, apresurándose un poco para no estar más expuestos a las cámaras.

—No ha querido cambiar —fue lo primero que dijo Hal, con una mueca.

Conner vio al lobo, sentado con la cabeza gacha junto a su guardia.

Se acercó, agachándose frente a él, aunque el omega sólo bajó más la cabeza, mirando hacia un lado.

El olor del omega era muy fuerte, muy dulce, casi empalagoso, aunque no llegaba a ser del todo molesto.

En cambio, para Dick, el fuerte olor a mar de Conner no le gustaba.

El alfa apoyó su mano sobre la cabeza del lobo, acariciando sus orejas, aunque las corrió cuando el omega gruñó.

Escuchó la risa de Hal.

—Tonto, no es un perrito, es un lobo.

—Es una persona —corrigió Damian, haciendo que la mirada de los presentes se pose en él— Y creo que necesita un poco de privacidad —echó una mirada a todo el personal de Conner que estaba innecesariamente allí, ocasionando que todo se fueran, a excepción de los dos policías y Hal.

DELTA ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora