Pasaron 3 años más, Kai y yo dejamos de hablar, la verdad, la pubertad le estaba pegando muy feo a Kai, ya no tenía tantos amigos como antes ni era tan alegre y egocéntrico como antes.
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Ok, esto era demasiado, voy a hablar con Kai. Hoy estábamos en una cena con los Huening y esta era nuestra oportunidad. Nos mandaron a su cuarto y no tardé en preguntarle.
—Kai.
—¿Qué?—(so) Grosero, como siempre.
—Quiero hablar contigo—Kai se quedó helado.
—¿D-De qué?—No entendía los nervios de Kai.
—¿Por qué ya no tienes amigos? ¿Por qué ya no hablas con nadie? ¿Por qué ya no me molestas?—Todas esas preguntas le estaba haciendo, el pobre no podía con todas ellas.
—E-Es que, me he estado sintiendo incómodo—¿Incómodo?
—¿En qué?—Kai empezó a soltar lágrimas, tengo que admitir que en ese momento sentí lástima y pena por él.
—E-Es que, he cambiado físicamente, hyung—¡Claro! ¡Eso explicaba las constantes sudaderas!—Y-Y no me gusta—Pobre Kai, estaba llorando de lo mal que se sentía.
—¿Pero por qué no te gusta? Tu cuerpo es muy lindo.
—No, me veo muy delgado, se me marcan las costillas, no me gusta—Dijo Kai antes de taparse la cara con sus pequeñas manos.
—¡Te ves muy bien! ¡Todos quisieran tener tu cuerpo!—Kai solo me volteó a ver.
—¿E-En serio, hyung?
—¡Claro que sí! ¡Es el cuerpo más perfecto que he visto!—Vi como Kai se sonrojaba un poco y sonreía, mmmm... diría que tiene una sonrisa muy bonita.
—Gracias, Soobinie—Agradeció Kai antes de darme un tierno abrazo a lo cual yo se lo respondí, los pequeños brazos de Kai son muy calientitos, me gustan.
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