Reencuentro

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Observa al pequeño niño de uno o tal vez tres años correr a los brazos de Eiji mientras le dice "Papi"...
Esto tiene que ser un error, debe ser un hermano perdido que acaba de encontrar, los niños a esa edad suelen llamar mami o papi a todo el mundo, si, eso tiene que ser, un hermano perdido de apenas hace dos años que acaba de encontrar... ¿Cierto?.

"Mi niño, ven a mis brazos, vamos adentro a esperar a papá".

"¿A papá?" Ok, está entrando en pánico.

"Parece que lo interrumpimos querido señor" habla Yut aún con su capucha puesta, Ash de ha quedado atrás por la impresión, la capucha sobre su cabeza y la distancia entre ellos impide que Eiji puede distinguirlo.

"¿Disculpe? ¿Necesita de algo?" Dice Eiji con el niño en brazos.

"Si, me gustaría hablar con un viejo amigo" se descubre la cara, luce radiante como siempre, si piel perfecta y ligeramente maquillada, Eiji lo reconoce de inmediato, baja al niño y corre hacia su amigo.

"¡Yue!"Exclama.

"¡Eiji!" Yue baja de su caballo y se dirige a el, se abrazan, es un cálido abrazo, es uno de reencuentro.

"Yue, no volví a saber nada de ti por tanto tiempo, cuando supe que Arthur tomó la capital... Creí que estabas muerto, tenía tanto miedo, no respondías mis cartas, Yue me alegra tanto que estés bien".

"Bueno, si estuve cerca de la muerte por mucho tiempo, no estabas tan equivocado pero nadie puede conmigo, soy indomable, un alma libre, sabes bien que jamás podrían hacerme daño" voltea hacia el niño que se encuentra aferrado de la pierna del pelinegro "Y puedo ver qué ahora ¿Soy tío? Tuviste un hijo durante el tiempo que no supe de ti.

"Es una larga historia, entra, te contaré todo".

"Eso sería genial pero no vengo sólo" gira su cabeza y mira hacia Ash, acto que Eiji repite.

Ash se acerca sobre su caballo, aún tiene la cara cubierta pero ese aire de brillo que refleja un aura dorada... Ya sabe quién es aunque se rehúsa a creer que es el hasta que Ash se acerca lo suficiente y descubre su cara, se baja del caballo.

"Ha sido tanto tiempo mi querido Eiji".

Eiji no responde al instante, solo toma nuevamente al niño entre sus brazos, hace una reverencia y dice

"Majestad, es un honor para el pueblo entero tenerlo aquí, espero este pequeño pueblo sea de su agrado y su visita sea breve para que puede regresar a las comodidades de su palacio".

Eso le dolió.

"Sabes que puedes llamarme Ash, no tienes porqué ser formal, Eiji" sus ojos son tan brillantes como la última vez que lo vió, sus mejillas reflejan un rubor natural, su cabello está más largo, está cerca de sus hombros, tan negro y brillante... Y su cuerpo, parece más joven aún, puede ver qué ha descansado correctamente en este tiempo.

"Majestad, me temo que eso no es posible, no puedo faltarle el respeto de esa manera y nosotros no tenemos algún tipo de amistad para que yo me atreva a hablarle de manera tan casual" le acaba de enterrar un cuchillo de frente.

"Ya- ya veo".

Un silencio incómodo se hace en el ambiente, Ash no sabe que más decir. En realidad, quiere decirle muchas cosas, quiere pedirle perdón, quiere decirle que aún lo ama, que jamás ha dejado de amarlo que es el amor de su vida, su alma gemela, que le ha conseguido el reino entero solo para que puedan estar juntos, quiere pedirle que gobierne la nación a su lado, que sea su reina pero... No se atreve, Eiji debe odiarlo, primero lo ilusiona, lo lleva a vivir con el al castillo y después lo echa como si fuera nada, claro que lo odia y con justa razón.

El Rey Del AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora